En su segunda
epístola a los corintios, San Pablo declara:
"No se unan en yugo desigual con los incrédulos.
Porque, ¿qué sociedad tiene la justicia con la iniquidad? ¿Y qué comunión la
luz con las tinieblas? ¿Qué acuerdo tiene Cristo con Belial? ¿O qué parte
comparte un creyente con un incrédulo?
(2Cor 6:
14-15)
Aunque Pablo
puede haber estado refiriéndose a las conexiones sociales en general, el
matrimonio, como una de las “conexiones sociales” más importantes en la vida
humana, ciertamente se incluye aquí.
El matrimonio
vincula a un hombre y una mujer en una solida unidad que tiene dimensiones
físicas y espirituales únicas a este estado, tan especial que se compara con la
unión de Cristo y la Iglesia (Gn 2:24; Mc 10: 6-8; Ef. 5: 25-33). Para que un
matrimonio tenga éxito, debe haber coherencia entre sus creencias morales y una
visión común sobre el propósito de la vida. Sin esta cohesión, la unificación
armoniosa de una pareja "como un
solo cuerpo", en el sentido completo de la palabra, sería imposible.
San Pablo
también dice: "La mala compañía
arruina la buena moral" (1Cor 15:33). Una unión entre un cristiano y
un no cristiano es errónea, no solo porque va en contra de un mandato expreso
de las Escrituras (2Cor 6:14), sino también porque no surgirian vínculos de
realidades espirituales tan distintas, entre un Hijo de Dios y un pagano.
Pero esto no
se detiene allí, todas las diferencias en ética, hábitos, incluidas las
convicciones religiosas, se volverán aún más enconadas cuando los hijos entren
en juego. Cuestiones como el beber, fumar, salidas nocturnas, tener relaciones
sexuales prematrimoniales, homosexualidad, la asistencia a la iglesia y
el concepto mismo de Dios, seran motivo de fricción en el momento de educar a
los hijos, lo cual terminaría
corrompiendo las almas de la pareja creyente y su descendencia.
QUIÉN ES UN “NO-CREYENTE”
Un
no-creyente, es una persona no cristiana, ya sea de otra religión, ateo
profesante o miembro de una secta u organización no Trinitaria.
Cuando San
Pablo habló de "yugo desigual"
o "luz y oscuridad", se
refería a las uniones entre cristianos y no cristianos, y por extensión, también
a las sectas. A todo aquel que no posee el Espíritu Santo.
En tiempos
modernos, la palabra "incrédulo" ha sido aplicada por muchos, incluso
a otros cristianos que, a pesar de ser trinitarios y aceptar las verdades del
Credo de Nicea, son rechazados como "herejes" por no pertenecer a la
misma organización eclesiástica a la que pertenecemos. Sin embargo, aunque
casarse dentro de la misma organización religiosa puede ser la decisión más
sabia para lograr una coherencia religiosa completa; esto no debe ser un
impedimento estricto, ya que todos los cristianos Nicenos Trinitarios son
verdaderos Hijos de Dios, sellados con el Espíritu Santo, y que profesan todas
las verdades necesarias para la salvación. En casos como este, eventualmente
uno de los padres prevalecerá y los niños serán educados dentro de la vision
prevaleciente, o los niños tomarán la decisión propia a la edad de
consentimiento.
EL ÚNICO CASO EN QUE UN CRISTIANO ESTÁ PERMITIDO QUE ESTE
CASADO CON UN NO-CRISTIANO
La única
exepcion en que a un cristiano se le hez permitido cohabitar con una pareja no-cristiana,
es cuando uno de ellos se ha convertido, ya siendo casado, de un origen no
cristiano. En este caso, la unión se vuelve legítima, y sin demanda de que el
hombre o la mujer cristiana abandonen a su pareja no-creyente (1Cor 7: 12-15).
Sin embargo, en el caso de que la pareja no-creyente abandone al compañero
cristiano, se le permitira a la victima, presentar un divorcio civil y volver a
casarse.
Omar Flores
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