San Policarpo nació
alrededor del 69 de la era cristiana. Toda la información que tenemos hoy sobre
él, está contenida en los escritos de San Ireneo, San Ignacio, Tertuliano, la
propia Carta a los Filipenses de Policarpo, en el anonimo Martirio de Policarpo
y en Eusebio.
Según estos relatos, se
asume que Policarpo fue un seguidor de San Juan Apóstol, quien finalmente lo
nombró Obispo de Esmirna, Turquía (1)
Según estas fuentes, San
Policarpo sufrió el martirio por negarse a ofrecer incienso a la estatua del
emperador romano.
SU MARTIRIO
Cuando se lo condeno a
muerte, se dice que el cónsul romano le pidió que considerara su vejez y
aceptara adorar al emperador y que se salvara. En ese momento, los cristianos
presentes, escucharon una voz del cielo:
“SE FUERTE POLICARPO, SÉ
FUERTE”
A esto, Policarpo respondió:
"Hace ochenta y seis años que le he servido, y Él
no me ha hecho ningún mal. ¿Cómo puedo blasfemar a mi Rey y Salvador?
Entonces el cónsul le
dijo que tenía leones y tigres para comérselo, a lo que Polycarpo respondió:
"Llámalos. Es impensable para mí arrepentirme de
lo que es bueno para volverme a lo que es malo. Aunque me alegraria cambiar de
lo malo a lo bueno ".
Al ver al cónsul romano
que Policarpo no temía a las bestias salvajes, lo amenazó con quemarlo vivo.
Pero a esto Policarpo dijo:
“Me amenazas con un fuego que arde durante una
temporada, y después de un rato se apaga; pero eres ignorante del fuego del
castigo eterno que está preparado para los impíos ”.
Ante la cara sorprendida
del cónsul, san Policarpo miró a la gente que gritaba por su muerte y le dijo
al cónsul:
"Deja de hablar, ¿qué estás esperando ?; Trae lo
que quieras ”
Cuando Policarpo fue
llevado al pilar donde se quemaría, les dijo a los verdugos que no necesitaba
restricciones para resistir el fuego, ya que Dios le había prometido que le
daría la fuerza necesaria para resistirlo, y que no
lucharía. o huiria del fuego.
Cuando estuvo ya en
posición de ser quemado, Policarpo oró:
"Oh Señor Dios Todopoderoso, Padre de tu amado y
bendito Hijo Jesucristo, por quien hemos recibido el conocimiento de Ti, el
Dios de los ángeles, los poderes y todas las criaturas, y de todos los justos
que vivieron antes, te doy gracias porque me consideras digno de ser contado
entre tus mártires, compartiendo la copa de Cristo y la resurrección a la vida
eterna, tanto del alma como del cuerpo, a través de la inmortalidad del
Espíritu Santo. Que este día sea yo recibido como un sacrificio aceptable, ya
que tú, el verdadero Dios, asi lo has predestinado, me lo has revelado y ahora
has cumplido. Te alabo por todas estas cosas, te bendigo y glorifico, junto con
Jesucristo eterno, tu Hijo amado. A Ti, con El, por medio del Espíritu Santo,
séa gloria ahora y por siempre. Amén."
Cuando finalmente el
fuergo fue encendido y las personas presentes vieron que el fuego no lo
consumía; el cónsul romano ordenó a los verdugos que lo apuñalaran con una
daga. Finalmente San Policarpo dio el espíritu, en el año 156, durante el
reinado del emperador Antonino Pío.
Su cuerpo muerto fue
quemado y sus huesos recogidos por los creyentes para ser guardados como
reliquias. (2)
DETALLES DE INTERÉS
San Policarpo, junto con
San Ignacio de Antioquía, Papías y San Clemente de Roma, son considerados en
gran estima entre los Padres de la Iglesia por haber conocido a los Apóstoles
en la carne. Sus opiniones y enseñanzas son consideradas en importancia después
del Nuevo Testamento.
San Policarpo es
conocido por su disputa sobre la fecha de la Pascua, con el Papa romano San
Aniceto, que quería estandarizar la Pascua a una fecha fija en el calendario
cristiano, tal como lo tenemos hoy; pero San Policarpo defendió su costumbre
apostólica de celebrar la Pascua el 14 de Nissan, junto con los judíos, sin
importar cuándo cayera en la semana.
También se dice que San
Policarpo guardaba el Sábado, así como el Domingo cristiano, de la misma manera
que hace hoy la Iglesia Ortodoxa Etiope.
Su único trabajo
sobreviviente es su Carta a los Filipenses. (3)
Su fiesta se celebra el
23 de febrero en Este y Oeste.
Omar Flores.
(1) Tertullian,
Prescription Against Heretics, 32
Irenaeus, Against
Heresies, 3:3:4
Clayton Jefford, Kenneth Harder, and Louis
Amezaga, Reading the Apostolic Fathers:
An Introduction, 1996
(2) The Martyrdom of Polycarp or Letter of the Smyrnaeans, 8:2-16:1
(3) Polycarp’s
Letter to the Philippians
The
Martyrdom of Polycarp,
21:1
Herbert Anthony Musurillo, The Acts of the Christian Martyrs, 1972, p. 137-167
William Cave, Primitive Christianity: or the Religion of the Ancient Christians in
the First Ages of the Gospel, 1840, p. 84-85
Alexander Roberts and James Donaldson, Fragments from the lost writings of
Irenaeus, The Ante-Nicene Fathers, Vol.1, 1885
Eusebius, The
History of the Church, 5:24:2-7
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