LAS TENTACIONES DEL SEÑOR JESÚS


La historia de las tentaciones de nuestro Señor Jesucristo en el desierto después de su bautismo se narra en los tres evangelios sinópticos, pero en detalle, en los evangelios de Mateo y Lucas (Mateo 4:1-11; Lucas 4:1-13)

Estas tres tentaciones que sufrió nuestro Señor cubren los tres aspectos de la naturaleza humana que se componen de cuerpo, alma y espíritu (1 Tesalonicenses 5:23; Hebreos 4:12) y todas las formas en que la tentación puede parecer justificarse ante nosotros. En el desierto, el Señor Jesús fue tentado en todos los aspectos de su humanidad, obteniendo así una victoria sobre todo tipo de tentación que cada ser humano pueda sufrir, y las herramientas que pueden usarse para seducir a los humanos. Las tentaciones que Satanás presentó apelaron a sus necesidades corporales, sus creencias y su orgullo personal, que afectaron directamente los tres aspectos de su humanidad. Todas las demás formas de tentación que un humano puede sufrir son solo variaciones de estos tres tipos de tentaciones y la manera en que nos llegan.

CUERPO – Mt 4:1-4 – Lc 4:1-4

Jesús tenía hambre después de 40 días de ayuno. Su necesidad corporal era real y legítima. Satanás apareció para proponer al Señor Jesús que hiciera una demostración inoportuna de su poder al convertir las piedras en comida. Jesús se negó, superando su necesidad orgánica real y presente, porque no era el momento, ni lo haría a petición de Satanás, ganando así la victoria sobre todas las tentaciones que atacan los sentidos físicos, como la lujuria, la enfermedad, el hambre, el cansancio, etc. .

ALMA – Mt 4:5-7 - Lc 4:9-12

El Señor Jesús fue invitado por Satanás para hacer otra demostración de su poder. Él propuso que Jesús probara su afirmación mesiánica saltando desde el pináculo del Templo para ser sostenido por ángeles en su caida. Esto demostraría que Dios estaba con Jesús a los ojos de todos los espectadores, y ante Satanás y sus ángeles. Para hacer esto, Satanás apeló como lo hizo antes con el hambre, a las Escrituras Mesiánicas para justificar su propuesta. El Señor Jesús se negó, citando en ambos casos otras partes de la Escritura que ubicaban correctamente las citas fuera de contexto del diablo. Así, Jesús ganó la victoria sobre todos los errores doctrinales y las ideas falsas que distorsionan la mente y el alma humana en su relación con Dios y su verdad.

 ESPÍRITU – Mt 4:8-10 - Lc 4:5-8

Finalmente, Satanás apeló directamente al espíritu de Jesús, a su orgullo. Directamente y sin molestarse en citar más las Escrituras, Satanás le pidió a Jesús que se rindiera a su autoridad maligna a cambio de gloria mundana. Jesús se negó rotundamente al afirmar que solo Dios es digno de adoración, y nadie más. Así, ganando la victoria sobre todos los pecados que atacan al espíritu humano, como el orgullo, el egoísmo, la vanidad, la envidia, etc.

FORMAS DE ATAQUE

USO DE LA ESCRITURA: Satanás trató de justificar sus propuestas usando la Palabra de Dios fuera de contexto para provocar una acción incorrecta. Esto cubre todas las formas de uso incorrecto de las Escrituras y la revelación que llevan a la herejía y al pecado.

APELACIÓN DIRECTA: Cuando su uso de las Escrituras no alcanzó el resultado pretendido, el diablo hizo un llamamiento abierto al orgullo humano, y ofreció abiertamente el asociarse con él en una alianza malvada, con plena conciencia, a cambio de ganancias mundanas personales.

FORMAS DE RECHAZO

En todos los casos, el Señor Jesús se negó a través del CONOCIMIENTO de la Escritura y la VOLUNTAD.

En todos los casos, el Señor Jesús citó las Sagradas Escrituras como su guía de Verdad, desenmascarando con la Palabra de Dios entendida correctamente, la mentira que el diablo trató de venderle. Y sobre este conocimiento escritural correcto, el Señor Jesús aplicó fuerza de voluntad, rechazando así voluntariamente las propuestas malvadas de Satanás.

Omar Flores.

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