El día en que
el Espíritu Santo descendió sobre las 120 personas reunidas en la sala superior
mencionada en Hechos (Hechos 1: 12-15; 2: 1-4); la Iglesia Cristiana recién
nacida comenzó a hablar de una manera que fue entendida por personas de
diferentes naciones y que hablaban idiomas totalmente diferentes, desde Roma
hasta Mesopotamia, pasando por el norte de África y las islas del Mediterráneo.
Los estudiosos
de las Escrituras debaten si estos hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo hablaron
en otros idiomas, o en realidad hablaron en Arameo, su lengua materna, pero que
fueron entendidos por todos los demás en su propio idioma; el hecho es que, de
cualquier manera, ese día la Iglesia predicó el Evangelio de Salvación a todos
los presentes, a cada uno en su propio idioma y términos.
En aquel día
de Pentecostés, no solo se inauguró una nueva dispensación donde por primera vez
el Espíritu Santo de Dios residiría dentro de los espíritus y cuerpos de los creyentes
regenerados en cumplimiento de la profecía de Joel (Joel 2:28), sino que tambien
se eliminaron las barreras étnicas, nacionales y sociales que separaban a la
raza humana para reunirlos a todos en un solo pueblo ante Dios su Creador, a
través de la expiación de Jesucristo y la regeneración del Espíritu Santo
(Romanos 5: 9; 1Corintios 12:13 ).
El Evangelio
de Jesuscristo se abrio a todos los seres humanos, de toda nacionalidad, raza,
sexo, edad y estatus social, y fue predicado en sus propios idiomas para dejar
claro que todos eran aceptos. Pero eso no fue todo, fue DIOS quien fue a buscarlos,
a reunir a todos quellos que estaban dispersos como ovejas sin pastor.
Dios salió a
buscarlos, no esperó a que ellos vinieran a El.
QUÉ SIGNIFICA ESTO PARA NOSOTROS HOY
1 - Siguiendo
la teología de Pentecostés y la voluntad de Dios manifestada en ese día; la
Iglesia viviente tiene la obligación de ir activamente a buscar a los perdidos,
y no esperar estáticamente a que los perdidos vengan a ella en busca de Salvación.
"Todo aquel que invoque el nombre del señor sera
salvo.
Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído?
Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?
Y cómo oirán sin haber quien les predique?”
(Romanos 10:
13-14)
La Iglesia
tiene la obligación de inundar todo el planeta con el Evangelio, casas, lugares
de trabajo, escuelas, Fuerzas Armadas, calles, medios de comunicación y
mercados; y esto no sucederá sentándose en iglesias a puertas cerradas,
esperando que los pecadores acudan a ellas. Se requiere una iniciativa agresiva
para presentar el Mensaje de Salvación a través de todos los medios posibles,
radio, televisión, internet, material de lectura, predicación directa y
testimonio vivo en general, hasta que en ninguna parte del mundo o forma de
existencia no se haya escuchado de Jesus, incluidos cárceles, hospitales,
clubes nocturnos, casinos y lugares de pecado, el Evangelio de Cristo debe ser
escuchado por todos.
2 - Otro
aspecto de Pentecostés es que este Evangelio se debe predicar en el idioma y
modalidad propios de cada grupo humano.
La adoración,
predicación y discipulado deben realizarse en un lenguaje y una manera
aceptable a todos, de acuerdo con su propia identidad. El Evangelio no solo
tiene que traducirse lingüísticamente para cada grupo nacional, sino que
también debe adaptarse a la cultura de aquellos que estamos buscando. Para
hacer esto, los lenguajes y costumbres "litúrgicas" deben ser reemplazadas
por formas de comunicación modernas y actuales que sean familiares a las
comunidades étnicas que estamos evangelizando. Ciertamente, hay cosas que no
podemos cambiar ni adoptar, como algunos lo hacen malinterpretando esto y
pecando de sincretismo, pero ciertamente podemos interculturalizar el
cristianismo adoptando costumbres locales lícitas para el culto y la enseñanza.
CONCLUSIÓN
Traducir y
adaptar el Mensaje de Cristo a todos los niveles de la sociedad y todas las
identidades nacionales no es una opción, sino una obligación de nuestra parte
ante Dios, porque en Pentecostés, Su intención hacia el mundo se hizo clara. Que
el Nombre y el Mensaje de Jesús sea escuchado en todas partes, por todos, y en
su propio idioma y cultura.
Omar Flores.
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