En el
Evangelio de Mateo, se dice que cuando Judas Iscariote arrojó las 30 piezas de
plata al Templo, esto cumplió una profecía mencionada por el profeta Jeremías:
“Entonces se cumplió lo anunciado por medio del
profeta Jeremías, cuando dijo: ‘Y tomaron las treinta piezas de plata, el
precio de aquel cuyo precio habia sido fijado por los hijos de israel; y las
dieron por el campo del alfarero, como el señor me habia ordenado.”
(Mateo 27:
9-10)
El problema
con este versículo es que esta cita no se encuentra en ninguna parte de los
escritos del profeta Jeremías en el Antiguo Testamento, pero algo parecido se
encuentra en los versículos 12 y 13 del capítulo 11 del libro de Zacarías, con
ciertas imprecisiones. (Vea Zacarías 11: 12-13).
DIFERENTES TEORIAS
Para resolver
este problema, los académicos han propuesto diferentes teorías.
1 - ERROR DE COPISTAS
Algunos
argumentan que la forma abreviada de escribir Jeremías y Zacarías es muy
similar, con solo la letra inicial variando en el nombre escrito en griego, Ιριου (Jeremias-J’ias) y Ζριου (Zacarias-Z’ias); y asumen que un
copista de fecha posterior puede haber hecho esta alteracion por error,
reemplazando la Z por la J, lo que hace que la lectura sea "Jeremías"
en lugar de Zacarías.
El problema de
esta hipótesis es que los manuscritos con el nombre de Jeremías son demasiado
numerosos para nacer del error de un solo escriba. Para llegar a ese punto, el
error tendría que haber sido cometido varias veces por muchos escribas en
diferentes lugares y tiempos, lo que parece altamente improbable.
2 - NOMBRE DEL PERGAMINO
Otros piensan
que la expresión es genérica, lo que significa que el autor del Evangelio de
Mateo se refirió a todo el rollo de los Profetas con el nombre genérico de
"Jeremías", que incluía el Libro de Zacarías, donde se mencionan las
palabras citadas por Mateo. Un ejemplo de esto, dicen, es cuando Jesús se
refiere a los Ketuvim (Escritos), como "Salmos", ya que los Salmos
encabezan la lista de libros del Rollo de los Escritos como conteniendo
profecías mesiánicas (ver Lucas 24:44).
Esta hipótesis
también enfrenta algunas dificultades. Cuando el Señor Jesús mencionó que
estaba cumpliendo las profecías contenidas acerca de Él en la Ley, los Profetas
y los Salmos, es posible que no se haya referido a los Ketuvim con el nombre de
Salmos, sino solo al libro de los Salmos, ya que este libro es el unico que
conteniene profecías mesiánicas entre los Escritos, con la excepción de Daniel,
a quien Él pudo haber considerado como parte de los Profetas y no del Ketuvim.
En cualquier caso, incluso si esta suposición es correcta, el libro de Jeremías
no encabeza el Rollo de los Nevim (Profetas), sino el Libro de Josué (Profetas
Anteriores) y el Libro de Isaías (Profetas posteriores); por lo tanto, usar
Jeremías como nombre genérico para referirse al Rollo de los Profetas en general, es altamente
improbable.
3 - VERSIÓN INCORRECTA
Los
manuscritos siríacos no tienen ningún nombre mencionado en Mateo 27: 9-10, pero
solo dicen "Entonces se cumplió lo que había dicho el profeta". Como
en general se acepta que las versiones siríacas han sido menos manipuladas que
las versiones griegas occidentales, algunos eruditos sugieren que originalmente
no se escribió ninguna mención de un profeta específico en el griego original,
y que ambos nombres, Jeremías y Zacarías (algunos manuscritos griegos tienen el
nombre Zacarías en lugar de Jeremías en la cita de Mateo), son adiciones
posteriores de los escribas y no son parte del original.
4 - TRADICION ORAL
Otros sugieren
finalmente que, dado que Mateo dice "hablado" y no
"escrito", su cita puede provenir de una tradición oral conocida por
los judíos durante su época, y que ellos habrían estado al tanto de esa
tradición profética.
CONCLUSIÓN
Las dos
primeras teorías parecen ser improbables y altamente coincidentes por las
razones mencionadas anteriormente.
Lo que parece
ser es que originalmente, la profecía mencionada por Mateo pudo haber existido
originalmente en Jeremías, ya que el contexto de la traición a Dios por beneficio
personal y el consiguiente castigo, se ajusta a la situación de la destrucción
del Templo en 587EC. Estas palabras habrian sido repetidas más tarde por el
autor de Zacarias y aplicadas en su profecía del capítulo 11, en palabras
similares pero no exactas, bajo inspiración divina, a una situación histórica
similar durante el control persa. San Mateo habría sabido esto, y citó la
profecía en su versión original hablada por Jeremías y repetida por Zacarías,
que ahora está perdida en las versiones modernas del Antiguo Testamento.
Omar Flores.
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