LA DORMICIÓN DE SANTA MARÍA



La Iglesia Cristiana ha celebrado la Dormición de Santa María, la Santa Madre de nuestro Señor Jesucristo desde alrededor del siglo VII, que también incluye la creencia tradicional de que Santa María resucitó al tercer día de su fallecimiento y fue llevada al cielo por su Hijo, Jesús, en cuerpo y alma. (1)

A pesar de que no hay registros en las Escrituras sobre la muerte de Santa María y lo que le sucedió después, la creencia cristiana de que María resucitó y fue llevada a Gloria creció desde el siglo IV y ganó aceptación universal. De hecho, la Iglesia Católica Romana lo declaró un Dogma de Fe en 1950, bajo el Papa Pío XII. (2)

Algunos fundamentan esta creencia en una interpretación mística de ciertos pasajes de Génesis y Apocalipsis (Génesis 3:15; Apocalipsis 12: 1-6); sin embargo, la mayoría de los cristianos reformados que consideran esta enseñanza (Anglicanos y Luteranos) basan su consideración en el hecho de que otros hombres de Dios resucitaron y fueron llevados a Gloria, a pesar de haber tenido un rol menor al de Maria. Entre estos esta la supuesta asunción de Moisés. (Judas 1: 9), la resurrección de los santos después de la crucifixión de Jesús (Mateo 27: 52-53) y el possible traslado de Juan Apóstol (Mateo 16:28; Juan 21: 21-23).

En general, se supone que el Señor Jesús no habría dejado que el cuerpo de la persona que lo llevó durante nueve meses en su vientre, y lo crió en su infancia, deba sufrir una descomposición material comun, teniendo el poder para impedirlo El mismo.

LO QUE ES REALMENTE IMPORTANTE

Sin embargo, el aspecto más importante de esta celebración, independientemente de la opinion que cualquiera tenga sobre el tema, es que en esta Fiesta; los cristianos conmemoran e imitan la vida de Santa María, quien siendo una joven doncella, aceptó voluntariamente la gran responsabilidad y el honor eterno de convertirse en la Madre del Hijo de Dios, de la Segunda Persona de la Trinidad encarnada, del Emanuel, del Mesías esperado, y valientemente enfrentó la muerte y la persecución con su bebé en brazos, por parte de romanos, herodianos y fariseos.

Un momento para recordar su lealtad, cuando ella sola, acompañada por el valiente Juan Apostol y las dos Marias, se mantuvo al pie de la Cruz, arriesgando su vida, y soportando el desprecio y la violencia causados ​​a su hijo, nuestro Señor Jesús, desde muy cerca. (Juan 19:25)

Un tiempo para recordar cuando se cumplió la profecía de Simeón:

"Y una espada atravesará tu propia alma"
Lucas 2:35

“Pues he aquí, de ahora en adelante todas las generaciones me llamarán bendita”
Lucas 1:48

(1) Liber Requiei Mariae (4th-5th Century)
 Transitus Mariae (5th Century)
(2) Munificentissimus Deus. (1950)



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