En estos tiempos, los esfuerzos de Satanás para
destruir el Cristianismo han pasado de la promoción de ideas heréticas, al
descrédito total del Cristianismo como religión revelada. Esto se debe
principalmente a la era de secularismo en la que vivimos. En el pasado, cuando
las personas todavía tenían espacio en sus vidas para ideas metafísicas, el
diablo trató de distorsionar la verdadera fe para desviar a los creyentes del
camino correcto. Sin embargo, en estos tiempos, las ideas heréticas no tienen
tanta fuerza como la incredulidad.
El Señor Jesús profetizó una vez:
"Entonces os entregarán para ser
perseguidos y asesinados, y todas las naciones os odiarán a causa de Mi
nombre".
(Mateo 24: 9)
¿Cómo podria ser que, en esta era moderna de razón y
corrección política, un grupo social como el Cristianismo, que ha moldeado la
civilización universal, llegara a ser odiado por todos hasta el punto de
persecución legal?
Para llegar a este punto, la animosidad contra el Cristianismo
tendria que estar extendida y establecida de gran manera, hasta llegar al levantamiento
de sus derechos civiles en todo el mundo. De hecho, esto no podría suceder por sus
buenos atributos, como el defender la vida, la honestidad, el perdón o la
sujeción a las autoridades legales. Esto solo sería posible si el Cristianismo
llega a ser visto como un obstáculo obsoleto para la civilización universal. Y
esto solo podria suceder si la visión Cristiana sobre ciertos temas cotidianos,
como su oposicion a la eutanasia, al aborto, a la homosexualidad, etc. es tomada
por el mundo entero como una molestia, y esta discrepancia de opinión solo
puede basarse en la incredulidad; una negación de los principios Cristianos
sobre lo sagrado de la vida y el origen sobrenatural de su fe.
Por esta razón, el Cristianismo enfrenta un ataque
masivo en dos frentes.
Sus líderes son mostrados como personajes inmorales
y negativos, no aptos para vivir en sociedad, a través de la generalización de escándalos
cometidos por algunos elementos malos.
En segundo lugar, la Escritura es atacada como un
libro obsoleto, compuesto por fábulas y leyendas, para asi desacreditar sus
enseñanzas. El plan es que si se destruye la credibilidad doctrinal del
Cristianismo y se compromete su moralidad, este dejaria de ser una positiva influencia
en el mundo y, por lo tanto, vendria a estar marcado para ser borrado de la
vida cotidiana.
En respuesta a esto, todos debemos elevar el
estándar de nuestra moralidad, y asi reflejar mejor las nobles enseñanzas del
Señor Jesús y sus Apóstoles, y tambien aplicando un código moral más estricto a
nuestras congregaciones, de modo que no se pueda encontrar ningun mal ejemplo en
nosotros como individuos o como grupo social.
Ahora estamos constantemente bajo escrutinio, y
debemos estar a la altura.
Tambien debemos confesar nuestras verdades
doctrinales de manera clara, directa y con toda seguridad.
En un momento en que ateos y escépticos desafían nuestra
fe, debemos transmitir nuestras convicciones con resolución, y no mostrar
ninguna inseguridad cuando seamos confrontados con aparentes contradicciones
"científicas" a nuestra fe.
Estos escépticos y ateos no confrontan el Budismo cuando
esta religión excusa el mal comportamiento o el fracaso de alguien, dando como
razon el Karma, o cuando aprueba el suicidio como una "salida" del
ciclo del sufrimiento.
No condenan el Hinduismo y su despotico sistema de castas,
ni la idea de que algunas personas nacen para ser inferiores, o cuando aprueba
cualquier accion, mala o buena, bajo la excusa del “deber”.
Estos "científicos" no califican de
absurdo el Islam y su creencia de que Mahoma fue a la Luna, ida y vuelta sobre
un caballo, o su promiscuidad sexual.
Estos académicos no desconocen los grados y titulos de
la Universidad Mormona, Brigham Young, en Utah, EE. UU., por enseñar como
verdad histórica que los judíos llegaron a America antes de Colón, o que los
indios americanos tenían acero y cabalgaron sobre elefantes antes de la Edad
Media, o que Jesús veraneo en el Caribe despues de resucitado.
Pero si condenan el Cristianismo como una falacia
total porque los "hechos históricos" asumidos sobre el nacimiento de
Jesús no coinciden en dos años; o porque cada evangelio no es una copia palabra
por palabra de los otros, o porque "asumen" que algunas palabras y
"expresiones" no pertenecen a este o aquel, como si hubieran conocido
a estos autores en persona o las circunstancias del momento.
Solo a través de un alto nivel moral de vida,
personal y comunitario; y una profesión de fe clara y directa, podremos
transmitir el mensaje a todo el mundo, que el Cristianismo está aquí para
quedarse, y resistirá lo que tenga que soportar, hasta que venga el Maestro y
se liquiden las cuentas.
Omar Flores.
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