QUE ES EL PECADO ORIGINAL



Pecado Original se llama teológicamente en Occidente, la tendencia al pecado con la que un ser humano nace como consecuencia del primer pecado de Adán en Edén (Génesis 2: 15-17; 3) y la subsiguiente separación eterna de Dios que vino a toda la raza humana con este pecado
(Génesis 5: 1-8).

POR QUÉ SE IMPUTÓ EL PECADO ORIGINAL A TODOS LOS HUMANOS?

Dios creó a Adán con pleno conocimiento de su posterior caída. Esto lo permitió porque si Adán no hubiera caído en pecado, sino algunos de sus descendientes, entonces el sacrificio expiatorio no habría sucedido, y una gran parte de los humanos se habrían perdido sin la oportunidad de obtener misericordia.

Dios permitió la caída del ser humano inicial, con el fin de proporcionar un sacrificio expiatorio en la cruz que lo abarque todo, durante su encarnación única y eterna. Después de que esto sucedió, se proporcionó un acto único de salvación, el cual se dio a todos los humanos para que lo aceptaran y se beneficiaran de él. 

De esa manera, ningún humano estaría en un cierto estado de condenación (1 Corintios 15:22; Tito 2: 11-12). Y así como la pecaminosidad fue imputada gratuitamente por el pecado de Adán, también lo fue la Vida Eterna imputada a todos aquellos que querían aceptar a Cristo como Señor y Salvador 
(Romanos 5: 15-16, 19).

EL PECADO ORIGINAL SOSTIENE DEPRAVIDAD TOTAL PARA LOS HUMANOS?

La pecaminosidad de Adán y Eva, se llama pecado original, porque es el primer pecado cometido por los humanos, sin embargo, sus consecuencias afectan a toda la creación. Los humanos nacieron con una naturaleza física en descomposición (enfermedad, envejecimiento y muerte), pero también todo el universo se vio afectado de una forma u otra por el abandono total de Dios (Romanos 8: 19-23).

Sin embargo, aun cuando todos los descendientes de Adán y Eva, estuvimos separados de Dios debido a nuestra pecaminosidad, mientras todavía estamos vivos, estamos debilitados por esta herencia adámica, pero aún somos capaces de tomar una decisión libre, incluso sobre todo nuestros impulsos deteriorados
(Josué 24:15; Isaías 55: 6-7; Deuteronomio 30: 19-20; Marcos 8:34).

SI JESÚS PAGÓ TODOS NUESTROS PECADOS, ¿NO ESTAMOS PERDONADOS?

El Señor Jesús encarnó para salvar a toda la humanidad. Potencialmente logró la salvación para todos los seres humanos, incluso antes de que pudieran nacer y decidir vivir una vida aparte de Dios. Pero esa no era la intención de la prueba a la que Adán cayó, durante los primeros días de la creación.

Adán se estableció en Edén, para un período inicial de prueba, antes de ser consagrado inmortal y eterno para siempre. El objetivo original de Dios era salvar solo a aquellos cuyos corazones no mostrarían inclinación hacia el mal, naturalmente.

Con esta intención, se proporcionó la salvación del pecado original, así como el pecado personal, en el pago de Jesucristo en la cruz (1 Juan 2: 2).

El Señor Jesús pagó por todos los pecados, pero la efectividad de su expiación vicaria solo se hizo presente a aquellos que a través de la fe y el arrepentimiento, vinieron a recoger ese perdón garantizado para ellos en Cristo. En otras palabras, la salvación estaba allí para cualquiera que creyera lo suficiente como para venir a recogerla de Jesús mismo, en la cruz (2 Corintios 5:21; Juan 3: 14-18).

CÓMO PODEMOS SER PERDONADOS UNA VEZ POR TODAS?

El sacrificio de Jesús es eterno, es decir, se realiza con una eficacia retrospectiva, validez presente y futurista, todo igual y efectivo desde el momento en que se llevó a cabo en el tiempo y el espacio, físicamente 
(Hebreos 9: 12-14; 10:10; Juan 1:29).

Para salvarse hoy de la desgracia del pecado original y del pecado personal, todo lo que un humano necesita hacer es creer en su corazón, que el Señor Jesús es el Hijo unigénito de Dios, el Mesías prometido y la segunda persona de la Trinidad; y su muerte fue vicaria y expiatoria, y que esta resucitado. Proclamarlo a cualquiera a su alrededor, y tomar el bautismo y el Espíritu Santo como un sello de ese momento de creencia y arrepentimiento. Y prometer seguir a Jesús por el resto de sus vidas.

“Que si confiesas con tu boca,“ Jesús es el Señor ”y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con tu corazón crees y eres justificado, y con tu boca confiesas y eres salvo”
Romanos 10: 9-10

Omar Flores.


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