Una característica distintiva del cristianismo, es la fe
personal que se exige a todos los humanos, y la sumisión voluntaria a la
voluntad de Dios a través de esa fe puesta en Jesús como el Hijo de Dios y
Salvador de toda la humanidad.
No hay fundamento para apoyar el bautismo infantil en la
Escritura. Todas las secciones que tratan con este sacramento, así como con la
Cena del Señor; fe personal se supone de los recipientes (Marcos 16:16), y se
nos dice que sin fe, "no podemos agradar a Dios" (Hebreos 11: 6).
Sin embargo, se comenzó a bautizar a los bebés después de
la era apostólica, bajo la creencia de que a través del agua consagrada del
bautismo, un recién nacido se limpiaria del Pecado Original, asegurando así su
'salvación', y la Sagrada Comunión que se les dio como consecuencia. ,
costumbre que se cambió más tarde en Occidente a una edad más consciente.
Se hicieron estas y otras cosas mas, incluso en el caso
de personas que creen en la justificación gratuita de un bebé recién bautizado;
estando de acuerdo todos de que este bautismo, comparado por muchos con la
antigua Circuncisión, solo podía ser 'reclamado para si' por un Cristiano,
cuando este llegaba a una edad consciente, y por lo tanto, empezar a dar frutos.
En la práctica, la fe personal era esperada y requerida
por todos los creyentes, desde los días del AT hasta hoy, para ser
verdaderamente considerados "justificados" y legítimos dueños de la
vida sacramental.
La justificación por la fe siempre ha sido el elemento
requerido que ha salvado a los humanos desde la caída de Adán. Incluso cuando
se dio la Ley, se dio con pleno conocimiento de que era imposible ser mantenida
a la perfección, como lo exigía la Ley misma (Gálatas 2:16; 3:11); pero Dios
nos la dio de todos modos, para convencernos de nuestro pecado y llevarnos a la
Cruz de Jesús (Romanos 3:20). De esta manera, todos los salvados desde los
tiempos de la creación hasta el último hombre por nacer, son salvados por la fe
en Jesús, arrepentimiento y sumisión a su voluntad
(Hebreos 11: 2).
Pero la fe salvífica, no es solo un concepto, un ideal, o
un asentimiento mental de una verdad; pero debe venir con una resolución de
renunciar a nuestras viejas vidas y abrazar una vida totalmente nueva en
obediencia a Dios por toda la eternidad. Este arrepentimiento y obediencia son
las marcas de la verdadera fe salvífica, y no el asentimiento mental de los
falsos discípulos de Cristo, quienes, como los demonios, conocen a Dios, pero
no se someten a su voluntad, ni lamentan sus viejas vidas
(Santiago 2:19)
Esta es la Fe que se requiere que todos los humanos para
salvacion, y sin ella, esta salvación es
imposible, salvo en el caso de los discapacitados mentales, bebés y niños
nacidos muertos.
El cristianismo no tiene nietos, ni considera el legado
del linaje, sino que exige, como la última forma de revelación, una fe real,
sumisa y obediente de cada ser humano, para poder producir frutos de salvación.
"Sin fe es imposible agradar a Dios
..."
Hebreos 11: 6
Omar Flores.
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