Desde tiempos antiguos, los cristianos en Occidente
adoptaron la práctica de marcar sus frentes con cenizas, para comenzar el
período de Cuaresma, un tiempo de reflexión, oración y ayuno que dura seis
semanas, antes de la conmemoracion de la muerte y resurrección de nuestro Señor
Jesús, llamado Semana Santa.
Estas cenizas representan, entre otras cosas, el hecho de
que los humanos están llamados a morir y regresar al polvo (Génesis 3:19;
18:27); y también las cenizas que la gente solía poner sobre si mismos como
señal de arrepentimiento ante Dios (Mateo 11:21; Josué 7: 6; Job 42: 6; Jonás
3: 6). Aquellos que aceptan esta práctica piadosa, también practican un ayuno
perfecto en ese día, que es la abstinencia de comida y sexo durante todo el día
hasta la noche.
En estos días, la mayoría de las iglesias occidentales
mantienen esta práctica como una preparación espiritual para la Pascua. Sin
embargo, ya sea que se mantenga o no, todos los cristianos están llamados a
reflexionar sobre sus vidas y unirse espiritualmente con nuestro Señor en los
40 días de ayuno que Él soportó en el desierto (Mateo 4: 1-2), y reflexionar en
el significado de su crucifixión y resurrección como ofrenda propiciatoria al
Padre para la salvación de la humanidad.
Omar Flores.
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