Durante la vida, todo el mundo es en un momento u otro,
víctima de alguna injusticia o acto maligno.
Cuando eso sucede, algunos reaccionan con ira, otros con
tristeza, pero ambos tipos de victimas, sin embargo experimentarán dolor y desengaño,
y otros algún nivel de depression; pero todos ellos serán dañados hasta cierto
punto, dependiendo del mal sufrido, y esto producirá amargura.
Esta amargura dará lugar a una busqueda de venganza en la
mayoría, de una manera u otra, dependiendo del individuo, sus convicciones y
crianza. Pero la mayoría de ellos, directa o indirectamente, violentamente o
legalmente, buscarán alguna forma de compensación por su sufrimiento.
EL BUSCAR
COMPENSACIÓN ES UN DERECHO
Sea que la injusticia sufrida sea física, material o
moral, la ley humana a lo largo de la historia y con el fin de mantener la
sociedad bajo control, ha implementado dispositivos para obtener algún tipo de
compensación para las víctimas de estos abusos..
Si usted ha sido agredido físicamente, cargos pueden ser presentados
contra el atacante con penas de cárcel y compensación monetaria.
Si usted ha sufrido daños materiales, como un coche
estrellado o incendio u otro tipo de vandalismo, también se pueden presentar
cargos contra el perpetrador y buscar compensacion monetaria o sustitucion.
Si ha sufrido un mal moral, como infidelidad, difamación
o abuso psicológico, puede obtener un divorcio o levantar cargos legales contra
el perpetrador, o recibir otras formas de compensación.
Para las personas que viven fuera de la ley, la venganza
directa y violenta sera la forma de compensar el dolor sufrido.
EL
EVANGELIO DE CRISTO
En todo esto, el Evangelio de Jesucristo nos llama a
perdonar a los que nos han hecho mal de una manera u otra:
"Entonces Pedro se acercó a Jesús y le
preguntó:" Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peca contra
mí? ¿Hasta siete veces?
Jesús le contestó: "No sólo siete veces,
sino setenta y siete veces".
Mateo 18: 21-22
LAS
RAZONES PARA PERDONAR
Hay básicamente tres razones principales por qué el Señor
Jesucristo nos enseñó a perdonarnos unos a otros:
1 -
LA COMPENSACIÓN NO TE HACE MEJOR
A pesar que la compensación es lógicamente el contrapeso
de una pérdida, no te hace una persona mejor de lo que eres.
Tu puedes pensar que eres una persona mejor de lo que es
el delincuente, ya que no haces a otros tales males, pero no te hace una mejor
persona de lo que fuiste ayer.
Cuando reclamas el reemplazo de una pérdida, ya sea
física, material o moral, uno se está comportando a un nivel natural, como se
espera de cualquier criatura inteligente, pero no a la manera de un ser hecho
en imagen y semejanza a Dios.
Cuando sufres una pérdida y obtienes una compensacion, te
sitúas en el mismo nivel espiritual de un incrédulo, hambriento de venganza,
amargado, deseando que el otro sienta el mismo dolor que sentiste tu, y no
estarás satisfecho hasta que lo hayas visto pagar por lo que te hizo.
2 – LA
COMPENSACIÓN PERPETUA EL MAL
Otra razón, es que el sistema de Causa y Efecto perpetúa el
mal en el mundo.
Cuando la rueda de compensación gira, el sistema de Causa
y Efecto tambien continua girando como está establecido en el mundo natural.
Uno toma, otro retoma, y así indefinidamente.
En algunos casos, los familiares o asociados del
"delincuente" sienten que los daños infligidos a la
"víctima" son merecidos y por lo tanto también buscarán una
compensación por la "compensación" otorgada a la "víctima",
creyendo ser ellos las víctimas, como en el caso de hijos de un matrimonio
externo durante un divorcio.
En sociedades primitivas esto ha dado lugar a una serie
generacional de asesinatos que continúa indefinidamente.
3 -
NECESITAMOS SER PERDONADOS NOSOTROS
La razón final y más importante, es que también nosotros debemos
ser perdonados por Dios.
Sólo Dios es el Juez Supremo del Universo y el Vengador
de toda falta espiritual, material, y todos, sin excepción, estamos en deuda
con Él por el solo hecho de ser miembros de la raza humana, debido a la culpa de Adán,
y debido a nuestras faltas personales contra Dios y nuestro projimo.
Estamos en deuda con Dios por la Encarnación y Expiación
de Jesús en nuestro favor. Dios hizo en Cristo lo que era imposible para los
seres humanos hacer, que es compensar a Dios de la misma manera que nosotros
buscamos ser compensados por otros.
Dios mostrando un nivel mucho más alto que el de Causa y
Efecto, se pagó a Sí mismo, en la persona de Jesus, toda la deuda spiritual y
material en la que habiamos incurrido contra El y nuestros semejantes.
CONCLUSIÓN
El perdón requiere que un ser humano fije sus ojos más
allá de lo material y físico.
El perdón eleva la calidad de nuestro espíritu al
nivel que originalmente se intento, a la imagen y semejanza de Dios.
La práctica del perdón transforma nuestros corazones y
nos convierte en criaturas generosas
como se espera de los Ciudadanos del Cielo.
El Perdón rompe el ciclo de Causa y Efecto establecido en
la sociedad humana natural, poniendo fin a la perpetuación del mal. Todo mal muere con el que perdona, y no continuará
más después de eso.
El perdón frustra los planes de Satanás de amargura y
maldad en el mundo.
Finalmente, cuando perdonamos, ganamos el perdón de Dios.
Dios, como Juez Supremo y Fuente Completa de Justicia, se
ha reservado el derecho a perdonar a los demás sin consultar a nadie.
Para ser perdonados, también se nos pide perdonar a otros,
para liberarnos de las cadenas de la amargura y la venganza y ser mejores seres
humanos.
El daño causado, sin embargo, no queda impune o se
desecha como nada. La víctima puede estar segura de que Jesucristo sufrió en su
Pasión y su Cruz, toda la culpa y todo el dolor que el ofenzor tendria que pagar a sus víctimas, y en base a
eso, el ofensor arrepentido, tambien puede ser absuelto, de la misma manera
como todo ser humano puede ser perdonado. Pero para cualquiera que no se
arrepienta, Dios le tiene preparado un Lago de Fuego.
(Mateo 18:32-35)
Omar Flores
Comments
Post a Comment