JESUS EL PODER Y SABIDURIA DE DIOS


 

CRISTO EL PODER Y LA SABIDURIA DE DIOS.

Cuando San Pablo explicó la base de su trabajo evangelístico entre los gentiles a la congregación de Corinto, dijo en su primera carta canónica:

“Porque Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio, y no con palabras de elocuente sabiduría, para que la cruz de Cristo no se vacíe de su poder”.

1Corintios 1:17

Aquí Pablo estaba negando la importancia del bautismo para la salvacion (Mc 16:16; Hch 2:38), sino aclarando que sin fe personal, el bautismo no tenía ningún efecto en un ser humano y, por lo tanto, su primera responsabilidad era convertir a las personas predicando el mensaje de Jesús al mundo. El bautismo seguiría naturalmente toda conversion, como se ve en la práctica apostólica (Hch 2:41; 8: 36-38).

Pero San Pablo también dijo algo mas; que el Señor Jesús no lo envió a predicar con argumentos humanos, sino con el poder de Dios.

Pablo usó muchas veces el razonamiento y la retórica humana en su predicación a judíos y gentiles (Hch 17: 2, 17; 28:23), algo que también fue alentado en los nuevos conversos (1 P. 3:15). Sin embargo, no hubo solo razonamiento y argumentación en su predicación, que es esencial entre seres inteligentes, sino que este razonamiento fue respaldado por el "poder de Dios" (1 Corintios 1:24). Pablo se estaba refiriendo al poder de Dios manifestado en milagros e intervenciones sobrenaturales durante su ministerio, que demostraba a cualquiera que Dios Todopoderoso estaba en Jesús, y que Jesús estaba en él, bajo cuyo Nombre se realizaban estos portentos (Hch 19:11) .

Pablo explicó que la mente filosófica de los gentiles valoraba la razón, y por eso siempre brindaba una explicación racional a su mensaje y la persona de Jesús (1 Cor 1:22). Explicaba quién era Jesús y por qué tenía que morir por nosotros, y la mecánica de la expiación de manera coherente.

Pero a los judíos, acostumbrados al razonamiento humano desde que vivieron en Egipto, y despues de haber entrado en contacto con la filosofía griega, Pablo necesitaba demostrar que Dios estaba con él, y lo hizo a través de los milagros que realizó bajo la invocación del Santo. Nombre de Jesús; lo cual acreditaba origen sobrenatural a su mensaje, especialmente a través de la resurrección de muertos, portento que solo Dios puede hacer, e imposible de imitar por medio de magia o poder demoníaco (Hch 9: 40-42).

El poder divino sobrenatural fue la razón principal por la que, a fines del siglo I, el mensaje del evangelio de Jesús de Nazaret se extendió a todo el Imperio Romano y más allá, incluso a India y China.

Aunque el Cristianismo tenia razones sólidas, también se podía argumentar en su contra; pero fue la "prueba" del favor de Dios sobre los apóstoles, lo que se convirtió en la piedra angular de su predicación. Los milagros se conviertieron en el factor determinante que hizo que miles (Hch. 2:41) abrazaran el mensaje apostolico, dando al mundo un testimonio tan fuerte, que movio a miles a ofrecer su vida en sacrificio, en obediencia a Jesus.

A estas manifestaciones nunca se les dio una "fecha de vencimiento" como algunos piensan hoy al argumentar que los dones sobrenaturales se detendrian cuando llegue lo "perfecto" (1 Cor 13: 9-10). El mismo pasaje también dice que 'el conocimiento pasará', contándolo entre los dones sobrenaturales, pero el conocimiento es algo que necesitamos hoy como esencial para entender el mensaje de Jesus y obtener la salvación. Se dice que el conocimiento es parcial hoy en día, pero cuando 'venga lo perfecto', nuestro conocimiento será completo, porque 'conoceremos como somos conocidos' (1 Cor 13:12), cancelando la fe y la esperanza como necesarias, excepto el amor como virtud, dejando en claro que lo 'perfecto' es la Segunda Venida de Cristo.

Hoy, uno de los signos de la verdadera Iglesia cristiana son las manifestaciones de verdaderos milagros.

La Biblia dice que Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre (He 13: 8). Y asi como Jesús fue misericordioso y sanó y ayudó a todos los que acudían a Él con aflicciones, también de la misma manera, hoy Jesús asiste a todos los que acuden a Él pidiendole ayuda (Mt 15:30). Las manifestaciones milagrosas son una parte esencial del evangelio de salvación. Los milagros siguen siendo la firma de Dios en el mensaje que proclamamos, y si no ocurre ninguna manifestación, debemos preocuparnos y detenernos a analizar por qué Dios no respalda nuestro mensaje.

En el Nuevo Testamento siempre leemos que es Dios quien hace los portentos, a través de los apóstoles (Hch 5, 12) o directamente (Hch 10, 44); pero siempre en todos los casos, Dios fue mencionado como la causa de ellos (Hch. 15:12; 19:11). Si Dios es la causa de los milagros y no podemos dominar a Dios, debemos darnos cuenta de que solo Dios tiene la prerrogativa de iniciar cualquier portento sobrenatural. Es iniciativa de Dios y obra de Dios, ya sea independientemente de nosotros o a través de nosotros, pero en última instancia es decisión de Dios. Por lo tanto, no podemos asumir una respuesta positiva de Dios cada vez que pedimos algo. Sin embargo, tenemos sus promesas y sabemos que Jesús prometió su presencia entre los creyentes (Mt 28, 20), signos sobrenaturales en su Nombre para todos los que creen (Mc 16, 17-18) y que la oración de los fieles y los justos son eficaces (Sgo 5: 15-16).

Debemos confiar en las promesas de Dios y predicar el evangelio sin adulteracion y dejar que Dios haga su obra poderosa. Dios es real, Dios está vivo. Y Él se manifestará entre nosotros.

Es posible que tengamos respuestas negativas ocasionales, no necesariamente debido a nuestros errores, aunque esa podría ser una razón, sino principalmente porque no es el momento ni el propósito de Dios en ese instante. Pero las manifestaciones deben ocurrir no obstante. Si nunca sucede nada, entonces debemos detenernos y examinarnos a nosotros mismos, nuestra conducta y nuestro mensaje, y corregirlo.

Dios es real, y los conversos esperan que este Dios vivo, los libere del poder de Satanás, y Jesús siempre liberó a todos los oprimidos por los demonios (Mt 8, 16), y esto no solo significa enfermedades, sino también ataduras espirituales y posesiones demoníacas. Si Dios está con nosotros, obrará a través de nosotros trayendo verdadera liberación, es decir, sanidad fisica, libertad espiritual y perdón de pecados para todos los que vienen a Él a través de nuestro ministerio.

Tomemos conciencia de que Dios no es una leyenda muerta, ni un concepto, ni una teoría. ¡DIOS ES REAL Y VIVO!

Convirtámonos en la tarjeta de presentación de la Santísima Trinidad; Padre, Hijo y Espíritu Santo para todo el mundo, para que todos sepan que nuestro Dios es real, y está aquí para salvar.

Omar Flores.

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