MUCHOS SON LOS
LLAMADOS, POCOS LOS ESCOGIDOS
1 Tomando Jesús la
palabra, les habló otra vez en parábolas, diciendo:
2 El reino de los
cielos puede compararse a un rey que hizo un banquete de bodas para su hijo. 3
Y envió a sus siervos a llamar a los que habían sido invitados a las bodas,
pero no quisieron venir.
4 De nuevo envió
otros siervos, diciendo: Decid a los que han sido invitados: ``Ved, ya he
preparado mi banquete; he matado mis novillos y animales cebados, y todo está
aparejado; venid a las bodas. 5 Pero ellos no hicieron caso y se fueron: uno a
su campo, otro a sus negocios, 6 y los demás, echando mano a los siervos, los
maltrataron y los mataron.
7 Entonces el rey se
enfureció, y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos asesinos e incendió su
ciudad.
8 Luego dijo a sus
siervos: ``La boda está preparada, pero los que fueron invitados no eran
dignos. 9 ``Id, por tanto, a las salidas de los caminos, e invitad a las bodas
a cuantos encontréis. 10 Y aquellos siervos salieron por los caminos, y
reunieron a todos los que encontraron, tanto malos como buenos; y el salón de
bodas se llenó de comensales.
11 Pero cuando el rey
entró a ver a los comensales, vio allí a uno que no estaba vestido con traje de
boda, 12 y le dijo: ``Amigo, ¿cómo entraste aquí sin traje de boda? Y él
enmudeció. 13 Entonces el rey dijo a los sirvientes: ``Atadle las manos y los
pies, y echadlo a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de
dientes.
14 Porque muchos son
llamados, pero pocos son escogidos.
MATEO 22:1-14
COMENTARIO
Nuestro Señor Jesús
continúa con sus parábolas que intentan advertir a los judíos de las
consecuencias de rechazarlo como el Mesías prometido.
En esta historia, se
compara a los judíos con aquellos que fueron invitados especialmente invitados
a la boda del hijo de un Rey, quien representa en esta historia a Jesús mismo.
Ya que se negaron,
Dios envió a sus profetas para que los invitados se dieran cuenta de su error y
decidieran asistir al banquete de bodas; el cual representa una invitacion a
una unión espiritual con su Mesías, representado en la persona del hijo del Rey.
Finalmente, volvieron
a ignorar la invitación e incluso mataron a algunos de los mensajeros que envió
el Rey; de la misma manera que los judíos mataron a muchos de los profetas que
les advirtieron sobre la justicia retributiva de Dios.
Nuestro Señor explica
cómo Israel había perdido las oportunidades en las que Dios Todopoderoso les
presentó una invitación exclusiva a Su presencia, y que por su insubordinación,
habían provocado que Dios los rechazara en consecuencia, y que extendiera su
invitación a los gentiles, representados en esta parabola por la gente común.
Pero aquí también el
Señor Jesús nos enseña otra lección.
Nunca fue solo la
invitación lo que nos permite entrar en la boda, sino que también el ser digno
de la ocasión. En la historia, se encontró que uno de los invitados comunes
estaba vestido incorrectamente, lo que representa la condición espiritual
pecaminosa de los gentiles y de todos los humanos en general.
La única forma de
entrar al Paraíso para unirse a Jesús, era ser digno de entrar en la Santa
Presencia de Dios, representada en esta historia con la ropa que usaba la
gente. Este hombre no era apto espiritualmente para entrar en la presencia de
Dios, porque estaba lleno de pecado imperdonado y no se permite el arrepentimiento
de último momento. El libro de Apocalipsis nos ordena lavar nuestras ropas en
la Sangre del Cordero, Jesús, para poder entrar en la Nueva Jerusalén, donde se
llevará a cabo la boda del Hijo (Jesús) (Ap 22:14).
Aquí Jesús advierte a
los gentiles y en ellos, a todos, que necesitamos que Él nos lave las ropas y
nos vista adecuadamente para encontrarnos con Dios, a través del perdón de los
pecados y la Justificación en Su Santo Nombre. Por lo tanto, ninguno de
nosotros debe jactarse de su propia "dignidad", porque para estar
debidamente vestidos para Dios, necesitamos a Jesús, quien mediante la Fe y el
Arrepentimiento, nos imputa e infusa su propia justicia.
Así, como muchos
fueron llamados, judíos y luego gentiles, pero solo los llamados, que aceptaron
la invitación y los vestidos que el Rey les ofreció en Jesús, fueron elegidos
para entrar a las boda, de la misma manera, Dios siempre se llama a todos, pero
solo aquellos que lavaron sus almas en la expiación de nuestro Señor Jesús en
la Cruz, atravez de FE y Arrepentimiento, serán aceptados en la presencia de
Dios.
Omar Flores.
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