PODEMOS ORAR A LOS SANTOS?

 

 PODEMOS ORAR A LOS SANTOS?

Desde el siglo III, la invocación de cristianos difuntos considerados "santos" y en la presencia de Dios, se ha practicado en la cristiandad y, finalmente, ha sido aceptada como doctrina establecida por todas las ramas tradicionales del cristianismo en todo el mundo.

Aunque la Biblia prohíbe expresamente contactar a los muertos bajo cualquier circunstancia o forma (Deuteronomio 18: 9-14), y solo Dios tiene el poder de escuchar las oraciones traspasando la barrera de la muerte y de varias personas al mismo tiempo, esta practica se filtro en el cristianismo desde la mente helénica de los gentiles conversos, así como otras prácticas como la veneración de imágenes y el culto a los ángeles (Colosenses 2: 18-19; Efesios 4:17).

LA COMUNION DE LOS SANTOS

La doctrina bíblica de la Comunión de los Santos (Juan 17:21; 1 Tesalonicenses 5:11; Santiago 5:16) es invocada para justificar esta práctica errónea, argumentando que dado que los santos están en la presencia de Dios, pueden orar por nosotros, y por lo tanto como todavía son parte del Cuerpo de Cristo, se les puede invocar para pedirles intercesión.

Esto no tiene en cuenta lo siguiente:

1 - El Cuerpo de Cristo es uno, y está conformado tanto por los miembros vivos de la Iglesia como por los difuntos en la Gloria. Sin embargo, sus condiciones son totalmente diferentes en más de un aspecto. La salvación de los vivos todavía se prueba, mientras que la de los muertos ya está garantizada. Los vivos todavía están sujetos a la tentación, los que están en Gloria no. Los santos vivos están separados materialmente de los difuntos por la muerte.

Solo Dios puede tratar con cada miembro del Cuerpo de Cristo, vivo o muerto, ya que solo Dios puede traspasar la barrera de la muerte.

2 - El llamado del Señor Jesús a ser uno, y de los apóstoles a orar y confesar nuestras faltas unos a otros, se refiere solo a los miembros vivos de la Iglesia, no a los difuntos.

No hay nada que suponga que los santos muertos esten al tanto de los vivos ni que puedan escuchar nuestras oraciones, y por lo tanto ser parte de estas recomendaciones.

OTRAS RAZONES

También hay otras razones teológicas por las que es inútil tratar de contactar a los santos difuntos.

1 - La muerte es una barrera invencible que separa a los vivos de los muertos, santos y pecadores por igual. No hay nada en las Escrituras que nos lleve a creer que alguno de los muertos esté al tanto de lo que sucede en la Tierra, o que pueda escuchar a los vivos. Esta idea es ajena al cristianismo y nace de las prácticas mágicas del paganismo (Eclesiastés 9: 5-6). Ninguno de los santos del cielo puede escuchar a ninguna criatura viviente. Están más allá del alcance de los vivos.

2 - Los seres humanos conservan sus facultades humanas naturales después de morir. Siguen teniendo la misma personalidad y virtudes que tuvieron en vida, y los condenados también conservan sus vicios y pecados. Solo Dios es omnisciente en el universo, ningún otro ser creado lo es.

Solo Dios tiene la facultad de traspasar la barrera invencible de la muerte y es capaz de escuchar las peticiones de millones de personas que elevan sus oraciones a Él en todo el mundo, las 24 horas del día. Ningún santo puede hacer esto.

La atribución de cualidades ‘todopoderosas’ a los santos difuntos es también una idea de origen pagano, que atribuía cualidades similares a sus semidioses.

 UNA RAZÓN FINAL

También hay una razón exegética de por qué es inútil pedir la intercesión a los difuntos.

Comúnmente se dice que los santos o María son intercesores entre Jesús y los humanos, y que su intercesión puede hacer lo que nuestras oraciones no pueden lograr.

La Biblia llama a Jesús el ÚNICO MEDIADOR entre Dios y los hombres:

"Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre"

1 Timoteo 2: 5

A través de la encarnación, Jesús unio su naturaleza divina a nuestra naturaleza humana.

Uno de los propósitos de la encarnación fue sentir las tentaciones y debilidades humanas, para que nosotros sepamos que Dios nos podia entender cuando caemos en pecado y suplicamos ayuda y perdón (Hebreos 4: 15-16).

Jesús es el intermediario entre Dios y la humanidad, porque como hombre sin pecado, no hay nadie que pueda comprendernos mejor que Él, en todos los aspectos de nuestra existencia. La encarnación no tendría sentido si no hubiera misericordia en Jesús o si no comprendiéra nuestras debilidades, para pensar que necesitamos de alguien más para hacer que "escuche" nuestras suplicas.

Solo Jesús es el puente que une la divinidad eterna con nuestra humanidad finita, y Él es todo suficiente.

CONCLUSIÓN

La invocación de los santos es una práctica antigua, pero es errada y pecaminosa.

El hecho de que sea antigua y acepta, no la hace correcta. Contradice los principios bíblicos y nunca fue practicada por los cristianos primitivos durante los primeros 300 años.

Se infiltró en el cristianismo, de la misma manera que se filtró en el judaísmo y el islam, en abierta oposición a la teología de esas religiones, debido al influjo de la ideología pagana helénica.

Los santos difuntos oran por nosotros. Eso es seguro. No están en un estado inconsciente ni absortos en su propia felicidad. Todavía viven vidas santas e interceden por la humanidad, la Iglesia y todas las intenciones de Dios, hasta el Día del Juicio Final (Apocalipsis 6: 9-11), pero lo hacen por su propia voluntad, y no porque estén conscientes de los vivos o escuchando nuestras peticiones.

Invocar a los santos es invocar a los muertos y es una ofenza grave contra Dios.

La intercesión de Jesús al Padre es la única y efectiva invocación que los humanos son llamados a hacer.

Omar Flores.

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