ESTÁ
PERMITIDA LA POLIGAMIA EN EL NUEVO TESTAMENTO?
El Poliginio, el acto de un hombre que se casa con
más de una esposa al mismo tiempo, ha sido practicada por muchas comunidades
humanas en todo el mundo a lo largo de la historia. Desde el lejano hasta el cercano
Oriente, así como en África y el continente americano antes de la migración
europea.
El pueblo judío no fue la excepción, ya que la
práctica estaba muy extendida y aceptada en su mundo.
Dado que no hay una prohibición explícita en el
Nuevo Testamento sobre la práctica judía que por facilidad nos referiremos como
poligamia, la pregunta ha surgido a veces, si es que los cristianos estan permitidos
teológicamente en las Escrituras, a casarse con más de una esposa al mismo
tiempo.
O si no, donde se encuentra la prohibición bíblica?
LA OPINIÓN DE DIOS SOBRE EL MATRIMONIO
El primer matrimonio fue establecido por Dios cuando
creó a un hombre y una mujer, y ordenó y bendijo su unión matrimonial, con el
propósito de brindar ayuda mutua, apoyo emocional y contacto físico con procreación.
(Gn 1: 27-28; 2:18, 24-25)
A Adán y Eva se les ordenó unirse como uno solo, a
través de un mismo propósito, emociones y relaciones físicas intimas para
ayudarse, consolarse y reproducirse.
Dios podría haberle dado a Adán dos esposas, ya que
dos mujeres podrían haber desempeñado mejor el papel de ayudantes, compañeras y
madres de la humanidad, pero le dio a Adán solo una mujer, tomada de sus
costillas, para que se uniera a ella espiritual y físicamente, por El resto de
su vida.
La decisión de Dios y las expresiones verbales usadas
en Genesis, no involucraron otra idea que dos, exactamente como Dios los hizo.
Dado que Dios pudo haberle dado a Adán más de una esposa, está claro que en
este modelo de matrimonio, la intención de Dios era proporcionar una mujer para
cada hombre y un hombre para cada mujer; no múltiples parejas.
MÚLTIPLES ESPOSAS EN EL AT
Al igual que con el divorcio, la esclavitud, el
derecho a propiedad y otros problemas sociales, podemos distinguir la intencion
de Dios, del desarrollo que causó el permiso legislativo del matrimonio plural
en el período del Antiguo Testamento.
Después de que Dios instituyó el matrimonio
monógamo, y la monogamia fue la regla en toda la humanidad, podemos ver que fue
un pecador llamado Lamec, cuarta generación después de Adán, quien se tomó la
libertad de romper esta regla y casarse con dos esposas.
Sabemos que fue pecador porque con soberbia se
proclamó digno de más protección que Caín, sin el permiso de Dios, pretendiendo
obligar a Dios a que lo asistiera, y con orgullo se jactó de sus actos
homicidas (Gn 4, 23-24). La poligamia comenzó, en lo que respecta a las
Escrituras, como una desobediencia al mandato expreso de Dios de monogamia.
La segunda vez que la Tierra comenzó a poblarse, fue
a través de tres familias monógamas, Noe, sus tres hijos y sus respectivas
esposas.
(Gn 6:10, 18; 1Pe 3:20)
El siguiente caso que vemos en las Escrituras es el
de Abraham, que después de estar en una relación monógama con Sara su esposa
durante la mayor parte de su vida (Gn 11: 29-30), a los 85 años de edad,
procreó de la esclava de su esposa, Agar, su hijo primogénito Ismael (Gn 16:
1-4, 16). Sin embargo, Dios siempre consideró solo a Sara como la
"esposa" de Abraham y solo a sus hijos como herederos de la promesa
de Dios (Gn 17: 15-16, 19).
Aunque Dios no le ordenó a Abraham que tuviera un
hijo con Agar, Dios tuvo misericordia de ella e Ismael, pero aun asi, Dios no
apoyó esa unión.
Después de que Agar se fue y Sara falleció, Abraham
volvió a casarse y luego falleció él mismo (Gn 25: 1)
Isaac era monógamo, pero después de él, el caso de
su hijo Jacob fue diferente.
Jacob estaba enamorado de Raquel, la segunda hija de
su tío Labán y la pidió matrimonio, pero Labán lo obligó a casarse primero con
la hermana mayor de Raquel, Lea, antes de que pudiera darle a Raquel, por lo
que terminó de mala gana, casado con dos hermanas ( Gn 29: 16-30), quienes
luego cada una de ellas entregó a sus sirvientas también como 'esposas' a Jacob,
en una carrera de procreación que terminó por producir a los padres de las Doce
Tribus de Israel de estas cuatro mujeres (Gn 30: 3- 13).
Dios nunca le ordenó a Jacob que hiciera esto,
aunque bendijo las vidas jóvenes que nacieron de estas relaciones. Una prueba
de esto, es que Dios mismo prohibio más tarde en la Ley, que un hombre se
casara con dos hermanas
(Lv 18:18).
DIOS nunca ordenó a un hombre que se casara con más
de una esposa, pero al igual que el divorcio o la esclavitud, Dios legisló
sobre estas realidades sociales de manera concesoria, pero jamas como un
mandato
(Éx 21: 10-11).
Reyes como David y Salomón tomaron no solo un gran
número de esposas, sino también concubinas, es decir, amantes con las cuales no
estaban casados oficialmente. Dios nunca ordenó esto. Incluso cuando en una
ocasión mencionó el asunto, fue como un reproche y no como una aprobación (1Sam
11:27; 12: 8).
Con la excepción del Levirato (Dt 25: 5-10), donde
está legislado el deber de un hombre de casarse con la viuda de su hermano, no
hay mencion de matrimonio plural. Dios nunca exigió el matrimonio plural de
nadie, al igual como nunca exigió el divorcio, ni esclavos, ni otras
irregularidades sociales.
LA OPINIÓN DE JESÚS SOBRE EL MATRIMONIO
Jesús representa el punto central del universo. Todo
lo que sucedió o existió antes de su encarnación, encuentra la plenitud en su
vida y obra terrenales, y desde esta realidad histórica, su vida, palabras y
acciones, el resto del universo se proyecta hacia el infinito.
En su obra regenerativa, el Señor Jesús enderezó con
menos concesiones, no solo nuestra condición caída, sino también todos los
aspectos éticos, morales y teológicos que estaban mal en los tiempos anteriores
a El, no debido a los mandamientos de Dios, sino como producto de nuestra pecaminosidad,
y una de ellas fue la institución del matrimonio.
El concepto cristiano del matrimonio se basa en la
idea que Jesús tenía de él, sin variantes.
En una ocasión, cuando se le preguntó sobre el
divorcio, Jesús respondió:
"Dijeron:" Moisés permitió que
un hombre escribiera un certificado de divorcio y la despidiera ".
5Y Jesús les dijo: “Por la dureza de su
corazón les escribió este mandamiento. 6Pero desde el principio de la creación,
"varón y hembra los hizo Dios".
7 "Por tanto, dejará el hombre a su
padre y a su madre, y se unirá a su mujer, 8 y los dos serán una sola
carne".
Entonces ya no son dos, sino una sola
carne. 9 Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.
San Marcos 10: 4-9
Al enseñar sobre el divorcio, un proceso permitido
en la Ley y abusado por muchos, Jesús regresa la enseñanza original del
matrimonio, al citar Génesis 2:24, afirmando que Dios hizo 'un hombre y una
mujer' para unirse en una relación inquebrantable más cercana que la relación
'padre-hijo', para llegar a ser para siempre 'una sola carne', a menos que haya
inmoralidad involucrada (Mt 5:32).
Jesús redimió la institución del matrimonio y le
devolvió el lugar y la manera apropiados que siempre debería haber tenido, reinstituyendo
la monogamia y el compromiso que Dios concedió a Adán y Eva en Eden, dejando
solo la inmoralidad sexual como concesión para el divorcio.
La idea de Jesús sobre el matrimonio era monógama, y
no da ninguna concesión permisible aparte del divorcio por inmoralidad sexual.
Y asi lo dijo expresamente:
"Así que ya no son dos, sino
uno".
(Mateo 19: 6)
LA OPINIÓN DE LOS APÓSTOLES SOBRE EL
MATRIMONIO
Los Apóstoles, siguiendo las enseñanzas del Señor,
centraron su instrucción en la suposición de que todos entendían que la
monogamia era la regla establecida por Jesús, que fue una de las primeras
distinciones con el judaísmo.
El apóstol Pablo escribe más que nadie en el Nuevo
Testamento sobre las uniones matrimoniales, siempre usando expresiones que
indican una aceptación de la monogamia.
"Sin embargo, cada uno de ustedes
también debe amar a su esposa como se ama a sí mismo, y la esposa debe respetar
a su esposo"
Efesios 5:33
En un análisis contextual, si la poligamia hubiera
sido una práctica común, y Pablo podría haber escrito en plural, y no lo hizo,
llegamos a la conclusión de que el Apóstol solo se refirió a uniones monógamas
entre los creyentes. El concluir que esto es solo una "expresión",
considerando que jamas ni Pablo ni ningún Apóstol se refirieron al matrimonio
plural, sería una suposición infundada que aumenta a la Escritura.
Hablando de inmoralidad sexual en Corinto, Pablo
dice que para proteger a la comunidad contra las tentaciones del Templo y la
prostitución común:
"Cada hombre debe tener su propia
esposa y cada mujer su propio marido" (1 Corintios 7:
2) en una expresión monógama directa. No hay otra interpretación de estos
versículos. Un hombre por cada mujer y una mujer por cada hombre es su mensaje.
En sus recomendaciones sobre la abstinencia dentro
de las parejas casadas, dijo:
“El esposo debe dar a su esposa sus
derechos conyugales, y también la esposa a su esposo. Porque la esposa no tiene
autoridad sobre su propio cuerpo, pero el esposo sí. Asimismo, el esposo no
tiene autoridad sobre su propio cuerpo, pero la esposa sí ”.
1Corintios 7: 3-4
Pablo aconseja no abstenerse innecesariamente de las
relaciones sexuales porque eso expondria a los esposos a ser tentados por
otros; y refuerza su punto al declarar que los esposos se pertenecen
físicamente el uno al otro.
Si se permitía la pluralidad de esposas entre los
cristianos de Corinto, ¿cómo puede una mujer ser dueña del cuerpo de su esposo
si éste pertenece igualmente a otra mujer?
¿Y cómo puede un hombre ser tentado si una de sus
esposas desea abstenerse por un tiempo, pero las otras no?
Si existiera alguna posibilidad de uniones plurales,
al menos en esta carta Pablo la habría mencionado, pero nunca la menciona, ni los
otros apóstoles. Los miembros poliginistas se habrían quedado sin guía
pastoral.
LA OPINIÓN ROMANA SOBRE EL MATRIMONIO
Otro factor importante, aunque no decisivo, es el
hecho de que en la época de Jesús, la poligamia estaba prohibida en el Imperio
Romano.
Los romanos eran paganos e inmorales, pero eran la
cultura más civilizada de la época, y eso es exactamente lo que les permitió
conquistar y administrar un vasto imperio a caballo, barco y a pie, durante más
de 1000 años, y ser culturalmente tan fuertes como para dejar un legado juridico
que sirve de base al derecho moderno en todo el mundo occidental.
La monogamia no se inventó en Roma, sino que vino
como un legado cultural de los griegos y fue uno de los pocos acuerdos éticos
con el cristianismo (1).
La monogamia tenía profundas raíces en la mentalidad
de los romanos. En la leyenda romana del rapto de las sabinas, el líder romano,
Rómulo, secuestró a las sabinas locales solteras que se negaron a casarse con
los romanos; pero complació a estas mujeres capturadas prometiéndoles herencia,
monogamia e hijos (2).
Además, solo el derecho romano exigía el
consentimiento mutuo de la mujer y el hombre para contraer matrimonio, además
del permiso de ambos padres (3).
En conclusión, el matrimonio tenía el mismo valor
legal, derechos y obligaciones de un matrimonio secular hoy, ni más ni menos.
Los Apóstoles fueron inflexibles al exigir la
sujeción a la Ley Civil Romana, o a cualquier gobierno bajo el cual vivieran
(Ro 13: 1-7; Tito 3: 4; 1Pe 2: 13-14). Si la poligamia jamas fue un mandato
divino, sino solo "permitida" en la antigüedad, ¿cómo podían
practicar algo que Dios no había ordenado en una sociedad romana que lo
consideraba un crimen? A los cristianos se les ordena obedecer al gobierno en
todo, a menos que una ley contradiga el mandato de Dios. El matrimonio múltiple
nunca fue dado como un mandato, ni en el AT ni en el NT.
Por ultimo, se registra que los cristianos
cometieron crímenes contra el Imperio, desde el canibalismo, la idolatría al
pacifismo, y muchos más, pero nunca dw poligamia, al contrario de lo que se
dice de los polígamos judíos (4).
POST APOSTÓLICA IDEA SOBRE LA POLIGAMIA
Los cristianos primitivos condenaron directamente la
poligamia.
Justino Mártir (100-165CE), condenó al judaísmo por
practicar el matrimonio plural después de la encarnación de Jesús (5)
Tertuliano (160-240CE) lo condena (6); Basilio de
Cesarea (330-379CE) lo condena (7), también Ireneo (130CE) y Clemente de
Alejandría (150-215CE).
Desde la historia cristiana antigua, la poligamia
fue tratada abiertamente como algo pecaminoso y en contra de la doctrina
apostólica establecida.
ARGUMENTOS A FAVOR DE LA POLIGINIA
Los cristianos que apoyan una postura indulgente
sobre el matrimonio plural, basan su opinión en cuatro razones principales. La
práctica de algunos de los Patriarcas, con David y Salomón; la Ley del
Levirato; la parábola de las Diez Vírgenes en el NT, y los requisitos del
Anciano de tener solo "una esposa".
PATRIARCAS Y REYES
David tuvo muchas esposas y Salomón aún más.
Dios nunca le dijo a David que hiciera esto, aunque
Él lo permitió; tampoco lo fue Salomón, quien terminó traicionando a Dios por
sus múltiples esposas. La legislación mosaica regulaba la situacion, pero no la
ordenaba. Esto no se puede decir del período del NT.
EL LEVIRATO
La ley ordenaba que un hombre se casara con la viuda
de su hermano si ella no tenía hijos (Lv 25: 5-10). Se trataba de un subsidio
para que la viuda no quedara desprotegida en una sociedad masculina. En lugar
de entregarse a la prostitución, una viuda podría exigir que el hermano de su
difunto esposo la desposara.
Esto se dio sin tener en cuenta el estado marital del
hombre que debia desposar a la viudad. La atención se centró en la viuda, no en
el estado civil del cuñado.
Como toda ley social, ésta fue abolida con la venida
de Jesús (Ro 3:20; Gál 3:19; He 8: 8,13).
LA PARÁBOLA DE LAS DIEZ VIRGENES
Esta parábola ha sido el reclamo más fuerte de los
partidarios del matrimonio plural en el cristianismo.
Se dice que a las diez vírgenes se les prometió
casarse con el novio que venía; y que, por tanto, Jesús apoyó implícitamente el
matrimonio plural.
La plenitud de la revelacion cristiana no se
completó hasta la muerte del último apóstol, presumiblemente Juan, a fines del
siglo primero. Hasta entonces, la revelación era gradual, y durante la vida
terrenal del Señor aún se permitían muchas cosas, que luego fueron abolidas por
los apóstoles. Durante la vida de Jesús, los diezmos eran todavía una
obligación (Lc 11, 42); la circuncisión era todavía un mandamiento (Lc 2, 21);
y el bautismo aún no era obligatorio (Mt 16,16); entre otros preceptos, como
divorcios, sacrificios y adoración en el templo.
Es posible que Jesús se estuviera refiriendo al
matrimonio plural en este caso, pero solo como una ilustración tomada de una
realidad permitida en ese momento, pero dado que no es el matrimonio plural la
lección central de la parábola, no puede tomarse como una aprobación para el Nuevo
Pacto.
Sin embargo, esta es una suposición. La historia
tiene otra explicación probada.
En el judaísmo, el período de esponsales terminaba
en el último día cuando el novio iba a buscar a su esposa a la casa de sus
padres. Sus amigos y los amigos de la novia, lo esperaban en la casa de la
novia o cerca, todos solteros y en grupos separados, muy parecido a lo que
hacen estos días en las bodas orientales, griegas, árabes y judías.
En su caso, estas diez vírgenes, eran amigas
solteras de la novia, que estaban esperando la llegada del marido, y cinco de
ellas perdieron el tiempo y quedaron fuera. El novio se casó con su novia, la
boda no se frustro.
La idea de que Jesús se estaba refiriendo a un matrimonio
múltiple es una fantasía que contradice la hermenéutica y la historia judía,
especialmente porque las bodas se hician una a la vez, y no todas al mismo
tiempo, en el caso de un hombre polígamo.
LA "UNA ESPOSA" DEL ANCIANO
Otro argumento es la regla paulina de que un anciano
debe ser "marido de una sola mujer"
(1 Tim 3: 2; Tit 1: 6).
Se ha dicho que esta excepción confirma la regla de
que a los no clérigos se les permitía tener más de "una esposa".
Considerando que no existe ninguna mención del
matrimonio plural en el NT; esta conclusión es muy poco probable. Pero se han
dado otras interpretaciones al respecto.
La expresión griega de "una esposa" se
entendía comúnmente como fiel a su esposa. En otras palabras, como traducen la
NIV, NLT y otros, deberia decir "Que séa fiel a su esposa". Es un
llamado a la honestidad, no una indicación de diferentes formas de matrimonio
existentes.
Au asi, hay otra interpretación que da la historia.
Desde los primeros tiempos, la Iglesia Cristiana
permitió que los Ancianos se casaran, pero en el ministerio ordenado, solo se
permitía que los no divorciados fueran admitidos en el ministerio. El divorcio
y las segundas nupcias fueron vistos como un fracaso, y no como un buen ejemplo
para la comunidad, y los Cánones Apostólicos lo demuestran por regla general, el
cual es seguido hasta el día de hoy por las iglesias orientales. Se dice que
proviene de este mandato de Pablo, que quería personas fuertes y no sensuales en
el ministerio (1 Corintios 7:38).
CONCLUSIÓN
La poligamia nunca fue un mandato de Dios. La
intencion de Dios para la humanidad fue la monogamia, construida sobre el amor
y la confianza íntima entre un hombre y una mujer de por vida y para reproducir
la raza humana.
Debido a las pasiones humanas incontroladas y las
salvajes condiciones del mundo antiguo, Dios permitió que la poligamia
protegiera a mujeres y niños indefensos, pero au asi, esa nunca fue su voluntad
original.
Jesús redimió la institución del matrimonio
devolviéndola a la condición monógama y permanente que el Padre quiso para la
humanidad, y así pasó a los apóstoles hasta el día de hoy.
La monogamia se asume en el NT, y esa es la razón
por la que no existen reglas al respecto. Y las abundantes enseñanzas sobre el
matrimonio siempre se expresan en un lenguaje monógamo, dejando claro que esa
era la regla en toda la Iglesia.
El matrimonio plural es en todo aspecto,
anticristiano y corroe la pureza del Santo Matrimonio, exponiéndolo a la
inmoralidad sexual.
Omar Flores.
(1) Walter
Scheidel, Population and Demography, 2006.
(2) Susan
Treggiari, Roman Marriage, 1991.
(3) Harold
Whetstone Johnston, The Private Life of the Romans, 2012.
(4) George
Hayward Joyce, Christian Marriage: An Historical and Doctrinal Study, 2007.
(5) Justin
Martyr, Dialogue with Trypho, Ch. 134.
(6) Tertullian,
Ante-Nicene Fathers, 4:2, 1885.
(7) Mark P.
Shea, When Evangelicals treat Catholic tradition like revelation, 1996.
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