Y
CÓMO PREDICARÁN A MENOS QUE SEAN ENVIADOS
Este versículo de Romanos 10:15 ha sido manipulado
por algunos para decir que nadie puede predicar o celebrar los sacramentos que
el Señor Jesús ordenó como el Bautismo, la Cena del Señor, o la Unción de
enfermos, por mencionar algunos, a menos que sean 'enviados', es decir, ordenado
sacramentalmente para hacerlo por autoridades superiores en sucesión
apostólica.
ANTECEDENTES DEL VERSÍCULO
Este versículo es el último de otros versículos que
menciona el apóstol Pablo hablando de la necesidad de predicar el Evangelio a
los judíos para la salvación.
Estos versiculos dicen:
“¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien
no han creído?
¿Y cómo van a creer en aquel de quien
nunca han oído?
¿Y cómo oirán sin haber quien les
predique?
¿Y cómo predicarán si no son enviados?
Como está escrito: "¡Cuán hermosos
son los pies de los que predican las buenas nuevas!"
Romanos 10: 14-15
Antes de esta declaración, San Pablo estaba hablando
de cómo Jesús cumple todos los requisitos de la Ley mosaica en su propia
persona (Romanos 10: 3-4) y la necesidad de que los judíos entiendan esto para
ser salvos.
Él enfatiza la salvación por gracia cuando dice que el
creer en Jesús justifica al pecador, y el confesar su Nombre en público, obtiene
la salvación, y cita Joel 2:32 para respaldar su afirmación con la Escritura.
(Romanos 10: 8-10, 13)
San Pablo en el versículo 14 comienza su
cuestionamiento retórico, de cómo los judíos, o cualquier persona de hecho, podrian
creer en alguien que no conocen o de quien nunca escucharon hablar, para luego
llegar a la conclusión de cómo podrian escuchar a menos que alguien hable con
ellos acerca de él, y cómo alguien les podria hablar de él, 'si no son
enviados'.
Siguiendo el desarrollo lógico de este discurso
literario, no se plantea en absoluto la necesidad de que toda persona que hable
de Jesús tenga que ser enviada personal y específicamente por alguien en
sucesión apostólica. Esa es una presunción lejana del significado, que restringe
la entrega del Evangelio al control de un número limitado de humanos.
La mención de "cómo van a predicar si no son
enviados", implica un previo conocimiento de Jesús y su mensaje, que
valida la comunicación del evangelio a las personas a las cuales se les predica,
en este caso a los judíos.
No se puede enviar a nadie a menos que el enviado
sepa quién lo envió.
Pablo da a entender que nadie puede creer en Jesús a
menos que lo conozca primero, y que nadie puede llegar a conocerlo a menos que
alguien le hable de Él. Y nadie puede hablar de Jesús a menos que este lo
conozca, porque fue enviado a hablar de Él.
¿Y cuándo fue enviado alguien a hablar de Jesús?
El día que el Señor Jesús dio la Gran Comisión en
Galilea:
“Por tanto, vayan y hagan discípulos de
todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado.
Y he aquí, estoy con vosotros siempre,
hasta el fin de los tiempos ”.
(Mateo 28: 19-20)
Jesús fue a Galilea porque vivían allí muchos de sus
discipulos.
Aunque el pasaje menciona solo a los once apóstoles,
lo más probable es que también estuvieran allí otros discípulos de Galilea.
Jesús se reunió nuevamente con sus apóstoles en Jerusalén (Lucas 24: 50-51) durante
su ascensión, la única razón por la que tenía que estar en Galilea era para
mostrarse a sus discípulos que no pudieron estar en Jerusalén durante su
resurrección (1Corintios 15: 6).
CONCLUSIÓN
La Gran Comisión (Mateo 28: 19-20; Marcos 16: 15-18)
fue para cada creyente en Jesús. No hay ninguna sugerencia en la Biblia de que
alguien necesite un encargo adicional para predicar el evangelio de salvación,
y menos aún que esto dependa de la decisión de otra persona.
El mismo Pablo predicó el Evangelio durante 3 años
antes de buscar la aprobación apostólica (Gálatas 1: 16-18), y nos recomienda
que lo imitemos (1 Corintios 11: 1).
Esto, por supuesto, no invalida la Comision
especial, comúnmente llamada Ordenación, cuando se trata de establecer Ancianos
en una comunidad cristiana ya existente, pero deja claro el derecho y la
obligación de todos los cristianos de predicar el Mensaje del Señor Jesús y celebrar
los sacramentos de una manera bíblica dondequiera que estén.
Omar Flores.
En mi experiencia personal, si el SEÑOR no te prepara a través del ESPÍRITU SANTO, estás perdiendo el tiempo. Puedes predicar en tu casa y aún tener luchas espirituales y quizá no tus hijos te crean sino ven un "nacer de nuevo en tí" y eso es obra del ESPÍRITU SANTO.
ReplyDeletePeor aún lanzarte a la calle sin tener fuego de DIOS que viene de su Espíritu, no impactarás a nadie. Cuando salgo a evangelizar a veces voy con otra hermana, pero siempre hay testimonio sobrenatural porque el SEÑOR obra milagros, transforma rostros; en estos días hablé a una multitud es la primera vez que predico a tanta gente, sino me hubiese preparado el SEÑOR con tanta guerra espiritual que he tenido, me hubiese muerto, sentí que me clavaron una espada en el pecho, entendí que no es lo mismo predicar en una iglesia con gente creyente y muchos que ya han nacido de nuevo. Pero predicar a ateos que cosa más fuerte, pero pude ver para la Gloria del SEÑOR, que la palabra impactó en sus vidas, todos se quedaron pensando, quizá hasta hubo Arrepentimiento en sus conciencias porque fueron presurosos a hacer el mal. Bendiciones y gracias