EL
DERECHO A REBELION
A los cristianos se les ordena en el NT que se sometan a
las autoridades según sea lícito, y declaran que existen por la voluntad de
Dios.
(Romanos 13: 1-2; Tito 3: 2; 1Pedro 2:13).
Y esto se vuelve aún más peculiar, cuando consideramos
que para el momento en que se escribieron estas epístolas, los tiempos caen
dentro de Nerón y Domiciano (55 a 81 d.C.), enemigos conocidos del cristianismo
y el judaísmo.
Pero, ¿se supone que debemos someternos a todas las
autoridades bajo cualquier circunstancia?
DIOS LA AUTORIDAD SUPERPREMA
Paralelamente a este principio, la Biblia también enseña
que debemos obedecer a Dios antes que a los hombres (Hechos 4:19; 5:29). Esto
se basa en la premisa de que la autoridad de Dios es la fuente de cualquier
otra autoridad en el Universo, y la obediencia a Dios está por encima de la
obediencia a cualquier otra autoridad en la Tierra.
Curiosamente, Pablo también recomienda resolver nuestros
problemas legales dentro de nosotros mismos en lugar de apelar a los sistemas
seculares de justicia o gobierno, declarando que si nosotros, los creyentes en
Cristo, juzgaremos a los ángeles, ¿cuál sería la razón para no impartir justiciar
entre nosotros mismos ? (1Corintios 6: 1-3).
EL DERECHO A REBELARSE
Tomando estos pasajes en contexto; está claro que los
cristianos están llamados a respetar el statu quo civil, como se respeto la
esclavitud, los divorcios ilícitos o el paganismo en aquellos días, y asi como
respetamos los juramentos, uniones homosexuales y abortos en la actualidad. Sin
embargo, estamos obligados a resistir cualquier tipo de participacion en ello, asi como resistimos en
la antiguedad, frente a las impuestas practicas impias de esas epocas.
Aunque se espera que los cristianos mantengan la paz y convivencia
constructiva tanto como sea possible con el poder secular, esto es solo
mientras no ataquen los principios divinos.
Sin embargo, cuando se nos impongan practicas en contra
de la voluntad de Dios o contra nuestra propia integridad y honor, no debemos
obedecer, sino que estamos llamados a resistir estas ordenes, y como en
cualquier otra circunstancia en nuestra vida, podemos optar por morir
resistiendo pacíficamente, o resistir con igual fuerza en defensa propia, y en defenza de los más débiles de nuestra
Sociedad; y estar listos a parar toda agresividad inmediatamente, apenas el
peligro haya cesado.
Pablo habló del derecho del Magistrado a usar la espada
para imponer la pena de muerte a los malhechores (Romanos 13: 3-5), asumiendo
que esta autoridad conoce la voluntad de Dios y castiga el verdadero mal y no
es el mal en sí mismo, atacando la verdad y pervirtiendo la justicia. Por el
contrario, cuando ese es el caso, los "Siervos de Dios" son los
cristianos militantes que resisten a la imposición del mal sobre nosotros y la
sociedad. En este caso, se nos permite usar la espada para evitar que el mal
destruya al Pueblo de Dios, la Iglesia y la sociedad en general.
Este principio también se aplica en defensa propia,
protegiendo la vida de otros y en casos de potencias extranjeras que invaden
nuestros estados.
Omar Flores.
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