LA CRUCIFIXION –
MATEO 27:27-54
27 Entonces los
soldados del gobernador llevaron a Jesús al Pretorio, y reunieron alrededor de
El a toda la cohorte romana. 28 Y desnudándole, le pusieron encima un manto
escarlata.
29 Y tejiendo una
corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y una caña en su mano
derecha; y arrodillándose delante de El, le hacían burla, diciendo: ¡Salve, Rey
de los judíos! 30 Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza.
31 Después de haberse
burlado de El, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron para
crucificarle .
32 Y cuando salían,
hallaron a un hombre de Cirene llamado Simón, al cual obligaron a que llevara
la cruz.
33 Cuando llegaron a
un lugar llamado Gólgota, que significa Lugar de la Calavera, 34 le dieron a
beber vino mezclado con hiel; pero después de probarlo, no lo quiso beber.
35 Y habiéndole
crucificado, se repartieron sus vestidos, echando suertes; 36 y sentados, le
custodiaban allí.
37 Y pusieron sobre
su cabeza la acusación contra El, que decía: ESTE ES JESUS, EL REY DE LOS
JUDIOS.
38 Entonces fueron
crucificados con El dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda. 39
Los que pasaban le
injuriaban, meneando la cabeza 40 y diciendo: Tú que destruyes el templo y en
tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo, si eres el Hijo de Dios, y
desciende de la cruz.
41 De igual manera, también
los principales sacerdotes, junto con los escribas y los ancianos, burlándose
de El, decían: 42 A otros salvó; a sí mismo no puede salvarse. Rey de Israel
es; que baje ahora de la cruz, y creeremos en El. 43 EN DIOS CONFIA; QUE le
LIBRE ahora SI EL LE QUIERE; porque ha dicho: ``Yo soy el Hijo de Dios.
44 En la misma forma
le injuriaban también los ladrones que habían sido crucificados con El.
45 Y desde la hora
sexta hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena. 46 Y alrededor
de la hora novena, Jesús exclamó a gran voz, diciendo: ELI, ELI, ¿LEMA
SABACTANI? Esto es: DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?
47 Algunos de los que
estaban allí, al oírlo, decían: Este llama a Elías. 48 Y al instante, uno de
ellos corrió, y tomando una esponja, la empapó en vinagre, y poniéndola en una
caña, le dio a beber. 49 Pero los otros dijeron: Deja, veamos si Elías viene a
salvarle.
50 Entonces Jesús,
clamando otra vez a gran voz, exhaló el espíritu.
51 Y he aquí, el velo
del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y la tierra tembló y las rocas se
partieron;
52 y los sepulcros se
abrieron, y los cuerpos de muchos santos que habían dormido resucitaron; 53 y
saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de Jesús, entraron en la
santa ciudad y se aparecieron a muchos.
54 El centurión y los
que estaban con él custodiando a Jesús, cuando vieron el terremoto y las cosas
que sucedían, se asustaron mucho, y dijeron: En verdad éste era Hijo de Dios.
COMENTARIO
Los evangelios son
radicales cuando se habla de eventos importantes. Algunos no tan importantes
solo se mencionan en uno o dos libros, pero los aspectos muy importantes de la
fe, se mencionan en los cuatro evangelios, reflejando así, la vitalidad del
punto que están expresando. Y uno de ellos, es la crucifixión de Jesús.
También es menos
probable que alguien registre en una crónica cualquier incidente vergonzoso o
derrotista que pueda desacreditar a los héroes de la historia o al propio
autor.
Sin embargo, los
cuatro evangelios escriben en detalle la tortura y ejecución de Jesús de
Nazaret, un acto aparentemente vergonzoso y derrotista, sin ningún cuidado en oscurecer
detalles importantes para salvaguardar la persona de su líder. Pero luego todo
está coronado, por la poderosa resurrección de la muerte, de este mismo Jesús
que sufrió todos estos horrores. Y no solo a Él, sino también a varios santos
que habían muerto antes y resucitaron después de Él el domingo siguiente (Mateo
27: 52-53).
Jesús pasó por toda
esta humillación sabiendo que se llevaría a cabo en detalle (Mateo 20: 18-19)
con mucha anticipación. Pero lo hizo de buena gana. Le pidió a su Padre, YHWH,
que le pasara este sufrimiento, si era posible (Mateo 26:39), pero no lo hizo,
porque no era posible.
Jesús, para cumplir
su misión y salvar a la humanidad, tuvo que pagar necesariamente por todos los
pecados que el mundo había cometido, estaba cometiendo y cometeria, desde Adán
y Eva, hasta el último hombre y mujer que no han nacido aun.
Para señalar esta
necesidad, exigida por la naturaleza perfecta de la Divinidad, es que Dios
instaló el sistema de sacrificios en el mundo desde la época de Adán (Génesis
4: 4; Hebreos 9:22). Es imposible que la perfecta justicia de Dios simplemente
"olvide" el mal hecho, sino que su justicia exige el pago por las
malas acciones. Y Jesús pagó este rescate por nosotros, de modo que si
realmente creemos en Él, y nos arrepentimos, no tengamos que ser castigados y
podamos recibir el perdón de Dios gratuitamente.
Por esta razon, la
copa del sufrimiento y la muerte no se pudo evitar, y el Señor Jesús la sufrió
toda, de buena gana, por amor a nosotros.
Jesús fue humillado
por los soldados, pero no sufrió abuso sexual, como piensan algúnos endemoniados.
Tampoco fue crucificado en plena exposición de sus partes íntimas como muchos
asumen erróneamente.
Jesús pudo haber
permanecido en la tumba cuatro días, o más, hasta que comenzara a descomponerse
y a expulsar mal olor. Su gloria habría sido mayor si se hubiera recuperado de
ser un cadáver en descomposición a la vida nuevamente. Esto habría detenido los
rumores judíos de que Él fue desaparecido, o que nunca murió como dicen los
musulmanes (Mateo 28: 13-15). Pero eso nunca sucedió.
Dios no permitió que
su amado Hijo sufriera deshonra.
Jesús nació y vivió
una vida pacífica y santa como ejemplo para todos, y luego dio su vida como
sacrificio por el pecado, por judíos y no judíos, redimiendo a toda la
humanidad, pero no tuvo que ser humillado al extremo. ni deshonrado en exceso.
El honor y la integridad de Jesús fueron protegidos por Dios, por eso resucitó
antes de descomponerse, y así fue protegido en su cuerpo, del cual no se rompió
ningún hueso (Juan 19:33). De la misma manera no fue abusado sexualmente, y sus
partes íntimas no fueron expuestas al público. Las mentes de sus verdugos se
nublaron y no le hicieron a Él las cosas que probablemente le hicieron a otros.
Un gentil converso lo
ayudó a llevar la viga transversal que elevaria su cuerpo sobre el poste de
madera donde fue colgado, representando a los judíos y gentiles simpatizantes
que estaban con Cristo ese día y después.
Jesús rechazo la
mezcla de vino amargo que le ofrecieron primero, para calmar su dolor, porque
necesitaba estar sobrio y en control durante cada segundo de agonía que sufría.
Fue a la cruz de la manera más viril, sin llorar, sin gritar, ni pidir perdón,
teniendo clara en su mente, su misión, y mirando solo a su Padre Dios en busca
de apoyo.
Antes de dar su vida
voluntariamente, redimió a uno de los ladrones que inicialmente lo insultaban.
Cuando el ladrón arrepentido vio a Jesús orando por sus verdugos, se sintió
sucio y arrepentido reprendió a su compañero, aceptando su condición pecaminosa
y le pidió perdón a Jesús (Lucas 23: 32-42).
Después de que todo
el proceso terminó, Jesús salvó a su último hombre en este mundo en su vida
terrenal, y en el momento en que Él eligió, libremente, dijo “ESTA COMPLETÓ”
(Juan 19:30), y entregó su espíritu a su Padre. (Lucas 23:46).
Nuestra expiación se habia
consumado.
Omar Flores.
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