UNO
QUE HA SIDO TENTADO DE TODAS LAS MANERAS, TAL COMO NOSOTROS
Uno de los puntos cardinales de la fe cristiana es
la perfecta y eterna mediación e intercesión de Jesús ante el Padre a favor de la
raza humana (Hebreos 4: 14-16).
Uno de los puntos esenciales de la encarnación
divina de Jesús, es su identificación con la condición humana. Jesús, siendo
divino y preexistente en el Espíritu (Juan 1: 1, 14), se hizo humano no solo
para morir en representación de toda la humanidad, sino también para
experimentar cada parte de la vida humana y sentir lo mismo que sentimos en la
carne, para asi poder entender perfectamente nuestra situación en tiempos de
pruebas y tentaciones, y así, habiendo sentido lo que sentimos, pudiera ser el
perfecto intercesor y mediador entre los hombres y Dios (1Timoteo 2: 5-6). Esto
hace que la intercesión y la misericordia de Jesús estén garantizadas a todos
los que acuden a él con fe y arrepentimiento, en base a su muerte expiatoria.
Pero si Jesús fue tentado como todos los demás, pero
la Escritura dice que no tenía pecado, ¿cuánto puede identificarse realmente
con nosotros, si realmente estamos esclavizados al pecado?
LA CONDICIÓN DE LOS HUMANOS DESPUÉS DE
LA CAÍDA
Los cristianos siempre han diferido en su entender
en cómo es exactamente la condición humana después de la caída de Adán.
Hay tres teorías principales al respecto:
1 - DEPRAVACION TOTAL:
Hecha famosa a partir de la Reforma, esta doctrina se basa realmente en el
análisis de las consecuencias de la caída adámica según Agustín de Hipona y más
tarde desarrollada por Juan Calvino, quien enseñó que los humanos nacían
separados de Dios como una condición heredada de Adán, y como consecuencia,
todos los humanos nacian con la voluntad esclavizada al pecado, incapaces de
resistir la tentación y el mal. (1)
2 – DAÑO HEREDADO PERO CON EL LIBRE
ALBEDRÍO PRESERVADO: Enseñado por escritores antiguos y
adoptado por el cristianismo oriental, enseña que aunque los seres humanos
nacen con una naturaleza dañada, sin embargo nacen libres de pecado ante Dios y
capaces de controlar su libre albedrío y deseos. Por lo tanto, la capacidad de
resistir el pecado y no caer en él, es real y actual, segun esta escuela
teológica. (2)
3 - NATURALEZA SIN CAMBIOS:
Esta doctrina que tiene a Pelagio y más tarde a Arminio como sus voces, afirma
que la caída de Adán no afectó a sus descendientes, y por lo tanto, los humanos
conservan su perfecto libre albedrío sin que se haya producido ningún daño. (3)
QUE HAY DE JESUS
No discutiremos aquí el punto de vista correcto
según las Escrituras, pero lo que necesitamos considerar y comparar es la
posición de los hombres bajo estos tres puntos de vista y compararlos con la
afirmación de que el Señor Jesús fue tentado en todo según nosotros, pero sin
caer en pecado, y que por eso él puede entender nuestra debilidad.
La Biblia es clara en que Jesús fue tentado y que
nunca pecó. Pero la Escritura también nos dice que fue tentado "como
nosotros", y por eso el Señor Jesús es misericordioso y comprensivo con
los hombres.
1 - Bajo la primera probabilidad, este no podría ser
el caso, ya que los humanos habriamos heredado pecado en Adán (Romanos 5:12), y
se considera que estamos sujetos a la pecaminosidad. Esta misma pecaminosidad
que, segun esta teoría, nos hace imposible resistir el pecado. Pero si Jesús
siempre estuvo libre de pecado y libre de la esclavitud del pecado, entonces su
tentación no podría haber sido la misma que la nuestra, ya que aún preservará
su libertad de elección, a diferencia de los humanos que están bajo el yugo de
Satanás.
2 - En la segunda posibilidad, los humanos conservan
su libre albedrío, pero están fuertemente inclinados a la pecaminosidad, y por
eso la mayoría de los hombres siempre caen en el pecado, cuando en realidad es
posible evitarlo. Jesús, por otro lado, conserva la ecuanimidad de la santidad,
y en sus tentaciones, no se siente atraído hacia el pecado, como lo hacemos los
humanos.
3 - Finalmente, bajo la tercera posibilidad, el ser
humano está en la posición perfecta para rechazar la tentación, ya que su
naturaleza y no habria sido dañada, de la misma manera que la naturaleza de
Jesús es inmaculada. Este sería el escenario perfecto, salvo por el hecho de
que Pablo parece enseñar que la pecaminosidad vive en nosotros (Romanos 7:
17-23), y que no es adquirida, sino que se heredada (Romanos 5: 12-15).
Esto no se puede decir de Jesús, quien es santo por
naturaleza (Juan 10: 17-18) y sin ningún pecado en él.
Entonces, ¿cómo se puede decir que Jesús fue tentado
en "todo como somos", pero sin pecado?
LAS TENTACIONES DE JESÚS
JESÚS no tenía pecado y sin embargo recibió
tentaciones de Satanás que lo invitaron a desobedecer la voluntad de Dios.
Jesús resistió cada una de estas tentaciones, y así, siendo tentado en todo lo
que es un ser humano, apelando a la ambición, la lujuria, las necesidades
corporales, la paciencia, la templanza, etc; resistió con éxito a todos ellos
sin siquiera caer en pecado de pensamiento, y mucho menos de acción.
Pero Jesús fue tentado desde fuera de sí mismo, pero
nunca desde alguna malicia interna, ya sea actual o por inclinación, a
diferencia de nosotros los humanos (Santiago 1:14), lo cual también es una
indicación de la condición humana decadente en comparación con la condición
inmaculada de Jesús de Nazaret.
Entonces, por eliminación, solo puede haber una cuarta
posición no mencionada anteriormente.
Teniendo tres premisas establecidas:
1 - Jesús es puro y perfecto, con perfecto libre
albedrío, en un estado humano previo a la caída.
2 - Los seres humanos son imperfectos y dañados por
la herencia del pecado de Adán, inclinados en el mejor de los casos, a hacer el
mal en lugar del bien.
3 - Jesús fue tentado en todo tipo de tentaciones
que es tentado el ser humano, pero sin caer, haciéndole simpatizar con la
condición humana.
La única forma en que la perfección de Jesús y la
imperfección humana pueden encontrarse en un terreno común, no es gracias a
alguna condición natural, sino por gracia divina.
Aunque la Escritura no habla abiertamente de una
gracia "preveniente" o "común", el concepto está presente
por inferencia.
Solo a través de una gracia común otorgada a todos
los humanos, nuestra condición puede fortalecerse y liberarse de nuestra
debilitada condición caída, de modo que podamos resistir la tentación cada vez
que el diablo viene a atraernos hacia el mal. Todo ser humano puede a través de
esta gracia inmerecida, ser fuerte y tener libre albedrío para poder afrontar el
mal y negarse a él. Solo así, el dicho bíblico de que "no hemos sido
tentados más de lo que podemos resistir" puede ser real (1Corintios
10:13); lo cual sería imposible si estuviéramos tentados siendo esclavos del
pecado, totalmente incapacitados para resistir la tentación.
Es a través de esta gracia que somos elevados a
nuestra condición pre-adámica preexistente y nos volvemos verdaderamente
responsables de nuestras acciones en su totalidad, no solo en conducta, sino
también en el aceptar o rechazar a Cristo como Señor.
Es solo a través de esta gracia preveniente, que
Jesús puede decir que nos entiende cuando somos tentados, porque somos tentados
en la misma condición que Jesús fue, con complete ecuanimidad y sin demérito en
nosotros. en relación con él.
Omar Flores.
(1) Peter C.
Hodgson and Robert H. King, Christian Theology: An Introduction to Its
Traditions and Tasks (1994).
(2) Catechism
of the Catholic Church, 1704-1705.
Serafin Rose, The Place of Blessed Augustine in the
Orthodox Church (1982).
(3) Encyclopedia
Britannica, Pelagius, (2021).
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