EL
DOCUMENTO "Q"
Source Criticism, vino con las ideas del obispo
anglicano Herbert Marsh (1757-1839), quien presentó la hipótesis de que los
Evangelios de Mateo y Lucas se compusieron a partir de la narrativa más corta
de Marcos, además de otro documento que nadie ha visto nunca, apodado documento
'Q'. (1)
Hasta entonces, la opinión popular mantenía la
creencia tradicional de que Mateo y Juan eran los autores de los documentos
originales, quienes luego guiaron a Marcos y Lucas a hacer sus propias
narrativas, como lo enseñaron los primeros cristianos durante siglos (2). Esta
antigua teoría dio autoridad a la narrativa de los cuatro evangelios como
registros apostólicos genuinos. Esto, sin embargo, fue desafiado más tarde por
el cristianismo reformado y adoptado luego por católicos y ortodoxos como
hipótesis válidas, ya que la tradición carecía de evidencia histórica a favor
de la hipótesis original.
LA HIPÓTESIS DE "Q"
La hipótesis de la fuente 'Q', enseña que las partes
comunes de los documentos anónimos atribuidos a Mateo y Lucas, recopilaron toda
su información de la versión más corta atribuida a Marcos, que sería la fuente
de toda la narrativa común entre ellos; pero otras partes que solo son comunes
a Mateo y Lucas, y no a Marcos; debe haber sido tomadas de un documento
desaparecido llamado "Q", la letra inicial en alemán de la palabra
que significa "dichos", que se supone fue una colección escrita
primitiva de los famosos dichos del Señor Jesús.
Este documento nunca se ha visto, y solo existe en
la mente de los investigadores que creen en la existencia de una antigua fuente
escrita primaria, para las copias que tenemos hoy, especialmente porque se
puede ver claramente un aumento en la narrativa de Mateo y Lucas, en contraste
con el registro de Marcos (siendo Marcos el más corto).
Se dice que la fuente ‘Q’, es la primera colección
escrita de dichos y milagros de Jesús, que fueron escritos en base a la
tradición oral, y que luego fueron adaptados e insertados en los textos
principales de manera coherente.
Pero esto presenta ciertos problemas:
1 - Si esta era la fuente primaria disponible, ¿por
qué aparentemente el autor de Juan la ignora?
2 - ¿Por qué no es mencionada por ninguno de los
Padres del Cristianismo?
3 - ¿Cuál fue la fuente de este documento
"Q"?
Si este documento realmente existió, y el evangelio
de Juan como se asume, es el último, también deberia incluirlo en su narrativa
como fuente inmediata. Además, si Juan es realmente la obra de un apóstol,
entonces ¿por qué variaría del aparente legado apostolico de este documento? A
menos que el autor de Juan lo considerara apócrifo o nunca existió.
Teniendo en cuenta el valor que la tradición ha dado
a los documentos canónicos vigentes, en consecuencia, la existencia de este
documento debería haber sido conocida por los cristianos antiguos, pero ninguno
de los Padres lo menciona, ni tampoco Jerónimo, el traductor de la Biblia al
Latin.
CONCLUSIÓN
La hipótesis del documento "Q" sigue
siendo una idea interesante, especialmente porque es un hecho que los cuatro
evangelios son anónimos. Ciertamente, quien escribió estos documentos deben
haber tenido acceso a fuentes comunes consideradas autorizadas, ya sean una o
muchas, y si son muchas, deben haber tenido el mismo contenido en todas, o
complementarse entre sí.
Esta idea no atenta contra la inspiración de las
Escrituras; porque incluso cuando puede nacer de la tradición, todas las
tradiciones cristianas genuinas terminan finalmente en un origen histórico
apostólico.
Una de las creencias fundamentales del cristianismo
es el origen apostólico de los evangelios que tenemos hoy.
Aunque sabemos que los cuatro textos del evangelio
que tenemos hoy, son solo copias de copias, creemos que reflejan lo que
originalmente se transmitió de primera mano de los apóstoles a sus asistentes
inmediatos. No hay otra manera de tener una confianza total en el Nuevo
Testamento, salvo la convicción de ser los verdaderos registros de testigos de
primera mano (Jn 19:35; 21:24; 1Jn 1: 1-2; Heb 2: 3; 2Pe. 1:16), cuyo mensaje
original ha sobrevivido a muchos copistas.
Si fueran solo una colección de tradiciones antiguas
sin aprobación apostólica, las enseñanzas del cristianismo estarían sujetas a
dudas debido a la falta de fuentes de primera mano, lo que eventualmente daría
lugar al sectarismo, la incredulidad y el socavamiento final de nuestra fe.
La fuente "Q" es una idea que tiene
fundamento, pero carece de pruebas arqueológicas para ser considerada real.
Lo que probablemente sucedió es que documentos
apostólicos originales se pasaron a las iglesias, quienes en generaciones
posteriores hicieron copias sucesivas lo mejor que pudieron basándose no en la
tradición, sino en estas fuentes escritas, y de todas ellas, tenemos las
versiones que tenemos hoy; y por fe creemos que contiene el mensaje original
sin adulterar hasta el día de hoy, pero expresado de diferentes maneras.
Omar Flores.
(1) James D.G. Dunn, Jesús recordado: cristianismo
en proceso, 2003.
(2) Eusebio, Historia de la Iglesia, 3.39.15.
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