31 Y descendió a
Capernaúm, ciudad de Galilea. Y les enseñaba en los días de reposo; 32 y se
admiraban de su enseñanza porque su mensaje era con autoridad.
33 Y estaba en
la sinagoga un hombre poseído por el espíritu de un demonio inmundo, y gritó a
gran voz:
34 DÉJANOS
¿QUÉ TENEMOS QUE VER CONTIGO, JESÚS DE NAZARET? ¿HAS VENIDO A DESTRUIRNOS? YO
SÉ QUIÉN ERES: EL SANTO DE DIOS.
35 Jesús
entonces lo reprendió, diciendo:
¡CÁLLATE Y
SAL DE ÉL!
Y después que el
demonio lo derribó en medio de ellos, salió de él sin hacerle ningún daño.
36 Y todos se
quedaron asombrados, y discutían entre sí, diciendo: ¿Qué mensaje es éste?
Porque con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos y salen.
37 Y su fama se
divulgaba por todos los lugares de la región circunvecina.
LUCAS 4:31-37
COMENTARIO
Después del
incidente en la sinagoga de Nazaret (Lucas 4:16), Jesús se dirigio a la orilla
noroeste del lago de Galilea, al pueblo llamado Cafarnaúm, para continuar con
su ministerio.
Como estaba
acostumbrado, predicó especialmente en Shabat, cuando la gente se inclinaba a
escuchar cosas espirituales más que otros días de la semana.
La multitud en
la sinagoga, más abierta, ya que estaban más expuestos a ideas extranjeras
debido a la influencia romana y griega que los rodeaba, recibían con admiración
el mensaje de Jesús, advirtiendo como cita el evangelista, que Jesús 'hablaba
con autoridad', es decir, no basaba sus enseñanzas en el Midrash o Talmud, ni
en las tradiciones o interpretaciones de los Ancianos, sino que expuso su
enseñanza directamente, basándose en la Torá y la propia sabiduría.
Esto fue una
sorpresa y un motivo de asombro, porque un rabino nunca predicaba sus propias
ideas como si vinieran solo de sí mismo, sino que citaba ampliamente a otros
maestros judíos, razón que le dio al Talmud su autoridad en el judaísmo. Muy
parecido a lo que hace cualquier pastor, líder religioso o teólogo en estos
días. PERO la solidez de su razonamiento detrás de su predicación, causó la
admiración de sus oyentes, ya que no pudieron encontrar una falla en su
doctrina.
De repente, un
endemoniado habló y dijo:
"¡AH! ¿QUÉ
TIENES QUE VER CON NOSOTROS, JESÚS DE NAZARET? ¿HAS VENIDO A DESTRUIRNOS? YO SÉ
QUIÉN ERES, EL SANTO DE DIOS.”
El demonio
reconoció abiertamente en la predicación de Jesús, que Él era el Mesías
anunciado. No como algunos que creen que los demonios sabían que Jesús era
divino, ya que esto estaba oculto a Satanás, de lo contrario, Satanás no habría
matado a Jesús en la Cruz.
Los poderes
demoníacos ignoraban la divinidad así como la mecánica de la expiación. Pero
sabían sobre el Mesías y sus justas enseñanzas y su misión de traer el Reino de
Dios a la Tierra. Esta es la razón por la que los demonios venían gritando de
terror hacia nuestro Señor cada vez que lo veían, y por eso este demonio se
enfrentó al Señor Jesús, argumentando que aún no era el tiempo del juicio (¿Qué
tienes que ver con nosotros, Jesús? de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos?).
Cuando reveló
que Jesús era el Mesías designado, Jesús le ordenó que se mantuviera en
silencio y dejara en paz a la persona poseída.
JESÚS ordenó al
demonio por su propia autoridad. No oró al Padre por permiso, ni encomendó a la
persona poseída a Dios antes de expulsar al demonio, sino que lo hizo de
inmediato y por su propio poder.
El demonio
inmediatamente salió del enfermo, dejándolo solo y volvió al abismo; pero este
portento fue una confirmación divina, en beneficio a la buena voluntad de la
gente que estaba allí presente y escuchaba a Jesús.
Cuando dijeron,
“Porque con
autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, ¡y salen!”
Recibieron el
testimonio de Dios, de que el que estaba antes de ellos, no era un rabino
común, sino el Hijo del Señor Dios YHWH.
Omar Flores.
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