La vida Cristiana es una lucha constante contra
adversidades diarias que buscan apartarnos de Dios.
Aunque algunos diran que nada nos puede apartar del
amor de Dios, en realidad somos nosotros los que podemos apartarnos del
permanente amor que Dios nos tiene (Juan 15:4). El permanecer en armonia con
Dios no es impuesto jamas a nadie, sino que requiere de nuestro consentimiento
y participacion active el ‘entrar’ y ‘permanecer’ en Cristo, el cual, por supuesto,
jamas deja de amarnos ni llamarnos a El, aun cuando estamos en pecado.
Este acto de voluntad que se requiere para
permanecer en el Camino que nuestro Señor Jesus nos trazo, comprende muchos elecciones
y sacrificios, algunos de los cuales son dificiles de tomar.
Dejar pasar ofertas de trabajo por no encajar en los
intereses de Dios, dejar ir personas que amamos porque no son Cristianas o
devotas a Dios, o perder amistades por rehusarnos a compartir conductas
inmorales, son solo algunos de los muchos sacrificios que a diario debemos
hacer para no quebrantar nuestra armonia con Dios.
MOMENTO CRITICOS
Sin embargo, el sacrificio expiatorio de Cristo esta
basado especificamente en la incapacidad innata del ser humano de ser perfecto
o libre de todo pecado
(John 15:5; Romanos 8:8)
Si nuestro Señor Jesus no hubiese tenido piedad de
nosotros, y no se hubiera encarnado para pagar por nuestras culpas, toda la humanidad
estaria perdida sin remedio al Lago de Fuego eterno (Revelacion 20:15).
Esta lucha contante se vuelve critica, cuando
luchamos contra malas pasiones innatas, cada quien con la suya, pues no todos
los seres humanos estan dañados de la misma manera. Unos luchan contra la
avaricia, otros contra la lujuria, otros contra la ambicion, y asi cada quien
lucha en su propio campo de batalla, con las armas que el Espiritu Santo nos a
dado para ello (Efesios 6:10-18).
Pero en este diario luchar, muchas veces algunos de
nosotros tambaleamos frente a los ataques del demonio y nuestra propia concupisencia,
y pasamos momentos dificiles, donde solo un empujos nos vastaria para mandarnos
a la perdicion.
APOYO NO PRESION
En momentos asi es que no necesitamos presion de
ningun tipo, sino mas bien apoyo, sea en palabras de animo o consuelo, o actos
de humanidad como un pequeña ofrenda o alimento u otras cosas de supervivencia.
Debemos cuidar de no presionar ni causar cargas
extras sobre aquellos que encontramos en este estado de lucha o condicion.
Cuando presionamos a alguien sobre su conducta con DIOS, lo empujamos a hacer algo temerario
sin dar mucha atencion a ello, movido solo por indignacion o desesperacion.
Cada vez que decimos a alguien que ha tomado
alcohol, “Tu no eres Cristiano, sino no te emborracharias”; o a una muchacha
que termino por fornicar con su novio,”Eres una entregada, Cristiana solo de
boca”; estamos dañando a esa persona, hacienda el trabajo de Satanas que es del
de acuzar y no el de Dios que es del de salvar y perdonar (Revelacion 12:10).
Personas asi, pueden llegar a tal grado de stress
que terminan por dejar la Fe por completo al setirse incapacez de seguir a
Cristo, o por quitarse la vida en algunos casos. Si esto ocurre debido a
palabras nuestras, habremos enviado a una persona al Infierno, y añadido pecado
sobre nosotros mismos.
QUE HACER
Comprendiendo la debilidad humana, y que la vida es
un camino a seguir, y no un final en si misma; debemos ver y tratar a estas personas
con la consideracion y el respeto que todo ser humano creado a la Imagen y
Semejanza de Dios merece (Genesis 1:27).
Debemos hablarles con palabras de perdon y esperanza
en Nombre de Jesus, recordandoles que la vida Cristiana es un camino a recorrer,
y que la Guerra se gana despues de muchas batallas, algunas perdidas y otras
ganadas.
Y por ultimo, debemos recordarles a ellos tanto como
a nosotros mismos, que la ultima y segura esperanza esta en la misericordia de
Jesus, incluso si todos nuestros esfuerzos fallan, porque a pesar de haber fallado,
el que intenta obedecer a Dios toda su vida, a demostrado su sinceridad para
con su Salvador.
“Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo
para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad.”
1Juan 1:9
Omar Flores
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