LA TRANSFIGURACION


LA TRANSFIGURACION

28 Y como ocho días después de estas palabras, Jesús tomó consigo a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.

29 Mientras oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su ropa se hizo blanca y resplandeciente. 30 Y he aquí, dos hombres hablaban con El, los cuales eran Moisés y Elías, 31 quienes apareciendo en gloria, hablaban de la partida de Jesús, que El estaba a punto de cumplir en Jerusalén.

32 Pedro y sus compañeros habían sido vencidos por el sueño, pero cuando estuvieron bien despiertos, vieron la gloria de Jesús y a los dos varones que estaban con El.

33 Y sucedió que al retirarse ellos de El, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es que estemos aquí; hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías; no sabiendo lo que decía.

34 Entonces, mientras él decía esto, se formó una nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar en la nube. 35 Y una voz salió de la nube, que decía: “ESTE ES MI HIJO, MI ESCOGIDO; A EL OÍD.”

36 Después que la voz se oyó, Jesús fue hallado solo. Ellos se lo callaron, y por aquellos días no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

LUCAS 9:28-36

COMENTARIO

Aproximadamente una semana después de que Jesús alimento a la multitud de cuatro mil hombres (Mt 15, 17; Mr 8, 9; Lc 9) y Simón – Pedro lo reconocio como el Mesías e Hijo de Dios (Mt 16; Lc 9); el Señor Jesús estaba a punto de revelar su identidad completa a aquellos hombres que eran sus más cercanos confidentes, especialmente a Pedro, quien lo había reconocido como el Hijo del Altisimo.

No sabemos qué monte fue aquel adonde Jesús llevó sus discípulos en aquella ocasión. La idea de que fue el monte Tabor se basa puramente en tradiciones de los primeros cristianos. También se han sugerido otros lugares, pero la verdad es que no lo sabemos con seguridad. Pero lo cierto es que fue en Cesarea de Filipo (Mt 16,13; Mr 8,27), en el extremo nororiental de Galilea, y que era un alto monte desolado accesible a pie desde el suelo ( Mt 17,1; Lc 9,28)

El Señor Jesús siempre tomó a estos tres apóstoles, Simón, Santiago y Juan, los cuales habían sido elegidos por pura gracia, para formarlos como el grupo sólido que sustentaría a los demás

(Gálatas 2:9).

Otra razón fue que estos tres eran un número lo suficientemente reducido como para mantener un secreto. Si se hubiese aceptado un numero mayor de personas a ver estas revelaciones, hubiera habido mayor riezgo de que se hicieran públicas antes de tiempo.

Era tarde. Después de un duro día en la calurosa Palestina, y después de subir esta colina, los discípulos estaban cansados ​​y se durmieron. También se durmieron la noche en que nuestro Señor fue arrestado en Getsemaní. No por falta de interés o respeto. Sabían lo que estaba en juego; pero eran humanos, y estaban cansados. No se acostaron allí para dormir. Se quedaron dormidos sin quererlo.

De repente, la luminiscencia de la transfiguración los despertó, y la visión los tomó en trance en el Espíritu Santo, tanto que aunque estaban completamente despiertos, estaban llenos de estupor, ya que hablaban sin pensar en lo que estaban diciendo (Lucas 9:33).

Sin que nadie les explicara nada, sabían que los dos hombres que estaban a los lados de Jesús eran Moisés y Elías. La cognición infusa es una experiencia común entre quienes han sufrido estados alterados estando en éxtasis en el Espíritu Santo.

La escena que vieron, fue mayor que la aparición de la zarza ardiente a Moisés. EL SEÑOR JESÚS resplandecía completamente con una potente luz que se describe como tan brillante como el sol en su punto máximo (Mateo 17:2; Marcos 9:3; Lucas 9:29). Solo El estaba radiante, en comparación con Moisés y Elías.

La visión puso de manifiesto la divinidad de Jesús que se volvió radiante unicamente El, en comparación con los otros dos profetas que parecían glorificados pero no al grado de Jesús.

Estaban a los lados del Señor Jesús, siendo la figura del Salvador central entre los tres. Esto indicaba la autoridad suprema de DIOS JESÚS, el LOGOS, sobre toda la Ley y los Profetas, personificados en Moisés y Elías, como sujetos y dependientes de Él.

JESÚS reveló ese día su divinidad y autoridad sobre la religión que estos apóstoles habían creído toda su vida, haciéndoles saber que su palabra estaba sobre la autoridad del Tanakh, porque El mismo era la Palabra de DIOS.

Mientras estaban viendo esta visión, una nube divina vino alrededor de ellos, y temieron. Pero DIOS Padre, al igual que en el día del bautismo de Jesús, vino a ellos declarando:

“Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; Escúchalo a él."

Mateo 17:5

El DIOS de la Ley y los Profetas, el Dios de Moisés validó la visión y el estado divino de JESÚS.

No entendieron la diferencia o unidad entre DIOS PADRE y DIOS HIJO. Por eso el NT se expresa en esos términos. Pero no fue necesario. Ese día, descendieron más convencidos que nunca, que Jesús era literalmente el unigénito Hijo de DIOS, y que Jesús era tan divino como el Dios de sus padres, y que tenían ambos un solo propósito.

Se lo guardaron para ellos. Ni siquiera los demás se enteraron de esto, sino hasta después de su ascensión al Cielo. Y sirvió de testimonio para toda la humanidad.

(2 Pedro 16:18; Juan 1:14; 1 Juan 1:1-3)

Omar Flores.

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