AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS COMO YO OS HE AMADO


 

AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS COMO YO OS HE AMADO

31 Entonces, cuando salió, Jesús dijo:

“Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en El.

32 Si Dios es glorificado en El, Dios también le glorificará en sí mismo, y le glorificará enseguida.

33 Hijitos, estaré con vosotros un poco más de tiempo. Me buscaréis, y como dije a los judíos, ahora también os digo a vosotros: adonde yo voy, vosotros no podéis ir.

34 Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros.

35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros.”

JUAN 13:31-35

COMENTARIO

Judas el traidor acababa de salir para entregar a nuestro Señor Jesús a los guardias del Templo para ser entregado al Sanedrín y ser ejecutado

(Juan 13:26-30).

Conociendo su próxima pasión, el Señor Jesús proclamó en alta voz su pronta glorificación por medio de su sacrificio expiatorio, y que también DIOS Padre estaba siendo glorificado por este acto; porque Jesús sabía que esa era la voluntad del Padre.

A sus amados discípulos, que lo habían seguido de cerca durante 3 años en un ministerio público activo y comprometido, y que habían compartido con fe y entrega todos los acontecimientos de su vida; El Señor Jesús les dijo que 'a donde El iba, no podían seguirlo'.

¿Qué quiso decir con esto?

Primero, que no podían participar en la muerte expiatoria del Señor, ya que solo Jesús calificaba para ese acto. Solo Jesús estaba totalmente libre de pecado, y solo Él era divino. Sólo su muerte podia pagar los pecados de toda la humanidad, nadie más podía hacerlo.

En segundo lugar, Jesús necesitaba a sus apóstoles vivos y sanos para continuar con su obra redentora en la Tierra. Jesús regresaba al Padre, pero los discípulos debían quedarse en la Tierra para predicar el evangelio de la fe y el arrepentimiento, y bautizar a los nuevos conversos.

A los Apóstoles se les prometió estar con su Señor eventualmente, pero aún no (Juan 14:2-4). Todavía tenían trabajo que hacer.

Pero en cambio, Jesús les dio un mandamiento nuevo, que en realidad no era nuevo (Juan 13:34; Levítico 19:18), pero esta vez se dio con su propio sacrificio como ejemplo a seguir. JESÚS les dijo que se amaran unos a otros como Él los había amado, hasta el punto de dar su vida por nosotros

(Juan 15:12-13).

Ninguna otra religión en el mundo, ni el Islam, ni el Budismo, ni el Hinduismo ni ninguna otra, tienen la misma enseñanza, mandato y legado que el verdadero cristianismo, el 'Amor mutuo'.

JESÚS dijo que a través de este amor, la gente reconocerá a sus discípulos, o sus verdaderos seguidores.

JESÚS no dijo que a través de una determinada iglesia, o denominación, la gente te reconocerá, ni a través de un cierto credo o sistema de creencias, sino solo a través del 'amarse unos a otros de la misma manera que yo los amé'.

Dijo esto, porque los verdaderos discípulos de Cristo, los verdaderos cristianos, son aquellos que viven de acuerdo a las enseñanzas de Jesús, principalmente el amor como piedra angular de sus vidas. No cualquier amor, no eran hippies. Amor en el Nombre de Jesús, como Él amó a la humanidad.

Las personas pueden pertenecer a cualquier iglesia, o profesar cualquier credo, pero si no viven el amor cristiano, están muertas. La membresía en la 'verdadera iglesia' o la profesión del 'credo apostólico' no servirán de nada, y serán hallados reprobados en el día del Juicio.

PERO los nacidos de nuevo por obra del Espíritu Santo, que viven la vida cristiana en plenitud, hasta el punto de amar como Jesús nos amó, pueden pertenecer a cualquier denominación, o incluso a ninguna; y profesar o no el credo, pero su amor mutuo indica que son hijos de Dios, a través de la fe en JESÚS, quien los salva, y lo honran viviendo la vida como Él quería que viviéramos.

Omar Flores.

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