COMO OBTUVIMOS EL NUEVO TESTAMENTO


 

CÓMO OBTUVIMOS EL NUEVO TESTAMENTO

La Biblia o τ βιβλία (Los Libros), es una colección de escritos antiguos de varios autores, desde la época del reino davídico judío hasta la época de los discípulos del profeta Jesús de Nazaret, que abarca un lapso de alrededor de 1000 años. según los manuscritos encontrados, pero que proclama datar de aproximadamente 4000 años, desde los tiempos de Moisés.

Aunque es una colección de muchos escritos independientes, todos se basan en un solo tema, el Dios de Israel, a quien también se identifica como el Dios del Universo, el autor de la vida y el creador de todo, poderoso y eterno.

Como esta colección de escritos conforman el libro que se considera portador de la revelación de este Dios universal, este se ha convertido en la piedra angular del cristianismo, que se considera la plenitud de la revelación dada a la humanidad en las enseñanzas de Jesús, y por tanto, autoridad suprema en todo asunto de fe y ética para aquellos que aceptan la Biblia como la palabra de Dios.

CÓMO SE FORMÓ

Para la época de la cristiandad ya existía el Tanakh o Antiguo Testamento en varias versiones, siendo las dos célebres, la hebrea y la griega para todos aquellos judíos de la diáspora que habían perdido su lengua materna y se comunicaban mayoritariamente en griego común.

El Nuevo Testamento nació a mediados del siglo I, una vez que los Apóstoles establecieron las primeras comunidades cristianas en todo el imperio romano y se les hizo difícil estar presentes en todos los lugares según las necesidades, especialmente después de que comenzaron a sufrir persecución y martirio por su fe.

El NT provino directamente de los mismos Apóstoles o de creyentes contemporáneos que habían aprendido sus enseñanzas de primera mano.

Se escribieron muchos libros, pero no todos fueron considerados genuinos por todos, por lo que no llegaron a la lista de la compilación del NT o el comúnmente llamado "canon".

La mayoría de ellas, las cartas de Pablo, fueron aceptadas de inmediato, porque era muy conocido y sus escritos fueron guardados y leídos en las comunidades cristianas desde el principio, antes que cualquier otro libro. Se hicieron copias falsas, pero pronto fueron rechazadas.

(Colosenses 4:16; 2 Tesalonicenses 2:2).

Los Apóstoles predicaron su mensaje primeramente en voz viva y enseñaron la práctica del cristianismo a través del ejemplo. Pasaron alrededor de 50 años y la muerte del primer apóstol, Santiago, hijo de Zebedeo, para que apareciera el primer escrito canónico, supuestamente la epístola de Santiago o la primera carta de Pablo a los Tesalonicenses.

Después de otra copiosa cantidad de cartas de Pablo, siguieron unos 10 años después, los tres evangelios sinópticos y el libro histórico de Hechos, escrito por el mismo autor del evangelio atribuido a Lucas, un discípulo temprano.

A pesar de que estos libros son anónimos y los nombres que llevan hoy provienen puramente de fuentes tradicionales; el punto es que fueron aceptados como verdaderos por las comunidades cristianas en todo el imperio y más allá, ningún otro evangelio, excepto el evangelio de Tomás rechazado más tarde, disfrutó jamás de tan buena acogida como estos.

Lo mismo sucedió unos 10 años después con la epístola a los Hebreos, que al igual que los evangelios, no contienen mención de autor, sin embargo fue igualmente aceptada.

Poco tiempo después se escribió el evangelio atribuido al apóstol Juan, hacia el año 85, seguido de las tres cartas que llevan su nombre, junto con dos cartas de Pedro, y una de Judas, para ser seguido finalmente hacia el año 90 o 95, por el profético libro de Revelación o Apocalipsis, que por su tardanza tardó en ser plenamente aceptado como genuino, pero finalmente fue aceptado como inspirado y puesto en el canon.

CÓMO SE DEFINIÓ EL CANON

La historia oficial nos dice que el canon cristiano fue establecido por concilios de la Iglesia que seleccionaron los libros inspirados de los libros no inspirados y que, basados ​​en la "autoridad de esta Iglesia", tenemos el NT hoy y, de hecho, toda la Biblia. Sin embargo, la verdad es algo diferente.

Los Cánones que usa la Cristiandad, han sido siempre tres. Nunca ha habido una proclamación oficial unánime de ningún canon y todavía no la hay.

Occidente desarrolló el canon romano, que los católicos romanos tratan de presentar como el 'canon universal y oficial', que en su forma más temprana se puede ver en el Canon del Papa Dámaso I en el año 385, en el Concilio de Roma, pero que sólo llegó a ser decretada oficialmente en el Concilio de Trento en el año 1546. Aquel canon fue vinculante sólo para la Iglesia de Roma, o Iglesia Papal, jamás para el mundo.

Mientras, el Oriente ortodoxo siempre tuvo su propio canon, el cual difiere del romano y que contiene más libros en el AT que ese, pero los mismos 27 libros en el NT. Y este canon permaneció siempre en vigor en todas las iglesias orientales, hasta que fue proclamado oficialmente en el año 1672, en el Concilio de Jerusalén, conteniendo aún una lista más extensa que el canon romano.

El tercer canon, se mantuvo siempre en África como se mencionó anteriormente, y fue mencionado por el patriarca Atanasio de Alejandría, y el cual contiene una lista aún más larga de libros tanto en el AT como en el NT, como parte del canon de la comunión oriental. Es el canon más largo de la historia, y es la única iglesia que mantiene toda la versión de la Septuaginta en su totalidad como canónica.

Sin embargo, el verdadero canon de la Escritura nació de la aceptación y recepción de todo el cuerpo de cristianos en todo el mundo, independientemente de donde sean o de la iglesia a la que pertenecieran.

Los libros dudosos se fueron dejando paulatinamente de lado al notarse evidentemente falsos o por lo menos no estar inspirados, como 1 Clemente o el Pastor de Hermas.

Lentamente y en 200 años, toda la cristiandad se formó una opinión de los libros que eran inspirados, inerra e infalibles, y estos libros eran los mismos 39 libros del AT y los mismos 27 libros del NT, que todos los cristianos aceptan hoy, incluyendo católicos, ortodoxos u orientales. Este proceso se produjo de forma natural y sin amparo de ningún concilio o decreto eclesiástico. Era simplemente la lista que fue aceptada por toda la cristiandad desde el siglo IV.

¿ESTÁ CERRADO EL CANON?

No y sí.

No, porque hay libros que son inspirados por Dios, al igual que los que tenemos hoy, como la verdadera primera carta a los Corintios o la carta a Laodicea, o el libro de Enoc (1 Corintios 5:9; Colosenses 4:16; Judas 1:14), que no están en nuestro canon actual, ya sea porque no se pueden encontrar o porque las copias que tenemos hoy son dudosas.

Sí, porque el tiempo ha pasado y el Espíritu de Dios no nos hubiera dejado sin el conocimiento de una verdad revelada.

Lo que tenemos hoy, es por la voluntad de Dios, y es suficiente para la salvación. Cualquier otro libro que no esté con nosotros hoy, contendrá las mismas enseñanzas, o enseñanzas adicionales, pero nunca contradictorias, a las que tenemos hoy, pero que Dios no quiere que sepamos.

CONCLUSIÓN

El verdadero canon cristiano nunca fue proclamado por ninguna autoridad o concilio, sino que nació del pueblo. Fue la aceptación común de los 66 libros de las Biblias modernas lo que consagró la Biblia que tenemos hoy. No tenemos a nadie a quien agradecer excepto al ESPÍRITU SANTO, quien nos guió a los libros que Él inspiró para guiar a su pueblo en la Tierra a la residencia celestial en la gloria de Dios.

Omar Flores.

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