UNA ESPADA
ATRAVIESARÁ TU CORAZÓN
CRISTIANISMO
En el cristianismo
protestante, en su mayoría debido al trauma sufrido durante los días de la
reforma violenta, la persona de Santa María, la madre del Señor JESÚS, suele
ser relegada a un silencio casi total, y entre los evangélicos estadounidenses,
es casi un acto de idolatría incluso mencionar su nombre en días especiales,
como Semana Santa.
Pero
independientemente de estas preocupaciones humanas, el Nuevo Testamento y los
apócrifos contienen suficiente información sobre María, que es todo lo que
tenemos sobre su persona, para hacer una valoración sobre el papel y el dolor
que la madre de JESÚS debió sufrir durante su pasión y muerte.
Cuando María y José
llevaron al Señor JESÚS a circuncidar, como mandaba la Ley, el anciano Simeón
le dijo a María:
“He aquí, este Niño
ha sido puesto para causar el levantamiento y la caída de muchos en Israel, y
para ser una señal contra la cual se hablará, 35para que los pensamientos de
muchos corazones sean revelados, Y UNA ESPADA TRASPASARÁ TAMBIÉN TU ALMA.”
(Lucas 2:34-35).
MARÍA CUIDÓ Y EDUCÓ
A JESÚS
Fue María la única
mujer escogida en toda la eternidad, para ser la madre de JESÚS, y eso la puso
en una relación más cercana con JESÚS que cualquier otra persona en toda la
eternidad. Y decimos en toda la eternidad, porque JESÚS no se encarnó antes ni
piensa volver a hacerlo. Así eternamente, MARÍA DE NAZARETH será siempre la
madre de Jesús en la carne.
Pero ella no sólo
fue elegida para este papel, sino que lo aceptó libremente, sin entender del
todo lo que traería, pero confiando totalmente en DIOS (Lucas 1:38).
Cuido de Jesús
antes de nacer, cuidándose a sí misma, y luego, cuando el Señor JESÚS, el
HACEDOR DEL UNIVERSO, nació, alimentándolo, cambiándole los pañales,
brindándole tierno amor y protección, bajo la tutela de José, el padre putativo
del Señor JESÚS y cabeza de familia.
Desarrolló amor por
su propio hijo, principalmente no porque supiera que Él era Hijo de DIOS, sino
porque fue formado en su matriz.
JESÚS TENÍA EL ADN
DE MARÍA
Cuando DIOS TODOPODEROSO
YHWH, a través de su Espíritu, creó a JESÚS en el vientre de María, nació como
un embrión, y duró los nueve meses que dura cualquier humano en el vientre de
su madre.
JESÚS no fue
IMPLANTADO en María, porque era necesario que naciera un verdadero humano para
reemplazar a Adán y la raza humana, entonces DIOS inició el proceso de
encarnación desde el paso uno, hasta la concepción.
Por lo tanto, el
desarrollo del cuerpo humano del Señor JESÚS tomó el proceso normal de todos
los bebés humanos, tomando del ADN de María como su propia madre, que se unió
con el ADN milagroso creado por DIOS, que dio a luz al humano JESÚS.
Esta cercanía entre
María y Jesús, es también otro factor que une por toda la eternidad a la María
humana con la persona de su propio hijo, JESUCRISTO.
Esto hizo de María
una verdadera madre de Jesús y no solo un vientre de alquiler. JESÚS ERA
VERDADERAMENTE SU HIJO, Y LO SERÁ POR TODA LA ETERNIDAD.
LA ESPADA QUE LE
ATRAVESÓ EL ALMA
Así, amando a JESÚS
como una madre ama el producto de su propio vientre, siendo Jesús
verdaderamente su hijo, un dolor insoportable debió sentir al ver a su amado
hijo torturado y humillado por los romanos, y además clavado en el cruzar a esa
muerte atroz.
No solo eso
destruyó el corazón de María, sino también su propia alma creyente, no pudiendo
hacer nada, y confiando en SEÑOR DIOS YHWH que ÉL restituiría a su hijo a la
vida, como ÉL había prometido y JESÚS tantas veces dijo (Lucas 9:22), a pesar
de todo el horror que estaba viendo.
LA LECCIÓN DE MARÍA
PARA NOSOTROS
Santa María de
Nazaret es el mejor ejemplo de sumisión a la voluntad de DIOS y de fidelidad a
su llamado.
Se sometió con toda
confianza al deseo de DIOS Padre, y permaneció fiel a ÉL todo el tiempo, a
través de las amenazas de Herodes, de la desconfianza extranjera en Egipto, de
la adversidad en su propia comunidad y de la sinagoga, de la aprensión de
Jesús, de su sufrimiento y muerte, y ni por un momento dudó de DIOS, su misión
y su amor nunca desmayaron.
Dejó a la humanidad
la mejor lección de todas para seguir ante nuestro Padre Celestial, que nunca
debemos desatender.
Y como premio, ella
siempre estará sentada en Gloria, más cerca de su Hijo y del Padre, junto con
los apóstoles y los profetas de DIOS, por toda la eternidad.
Omar Flores
OFR.
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